Capítulo XVIII: Pesadillas

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Si Jotaro lo pensaba de manera detenida, era muy rara la ocasión donde se presentaba en el Colegio Speedwagon. Por lo general, su abuelo era quien se hacía cargo de las veces donde lo llamaban a Dirección, a las juntas o entregas de boletas debido a sus continuos viajes de investigación y trabajo. Era particular también estar en el lobby de la Dirección, observando el segundero del rojo reloj sobre la pared blanca, reptando de manera ruidosa.

Le pareció que unos segundos eran ligeramente más largos que otros, pero descartó la posibilidad. Era imposible.

Tenía que ser imposible.

¿Podría ser imposible?

La pesada puerta de caoba que daba a la oficina del Director se abrió chirreando un poco y se escuchó la voz femenina de la secretaria diciendo:

–El Director Zeppeli dice que pueden entrar.

–Muchas gracias. –Respondió la voz de Joseph. –Hijo, entremos.

En el fondo, Jotaro no entendía por qué tenían que ir con Zeppeli, aunque si lo hacía su viejo, era que tenía una razón de peso para hacerlo.

Eso o definitivamente Joseph Joestar no tenía idea alguna de lo que hacía.

Ambos entraron y cerraron la puerta tras de ellos. Encontraron a Caesar Zeppeli mirando por el ventanal y girándose a verlos, mientras cerraba las cortinas y encendía la luz.

–Joseph. –Dijo, sonriendo ligeramente.

–Caesar. –El director se acercó a los recién llegados y estrechó la mano del hombre mayor con alegría, también estrechó la mano de Jotaro diciendo:

–Gusto en verle de nuevo, Doctor Kujo.

–Jotaro está bien, Director Zeppeli. –Aseguró el hombre moreno, con cierto tono confidente.

–Tomen asiento por favor, caballeros. –Los tres hombres procedieron a ponerse cómodos. No pasaron muchos instantes de silencio antes de que Caesar volviera a hablar. –Te escuchabas alarmado, Joseph. Dime, ¿pensaste algo? ¿Hay alguna pista?

–Creo... –Susurró, luego de suspirar. –creo que esto se está saliendo de control.

–Nunca estuvo en nuestras manos en realidad. –Interrumpió Jotaro.

–En realidad traje a mi nieto porque él también está siendo víctima de pesadillas... temo que esto está empeorando. –El director Zepelli notó que la mirada de su amigo estaba llena de consternación, aunque también estaba bastante decidido: se escuchaba en el timbre de su voz. –Seguimos sin estar seguros de quien más pudiese tener relación con todo esto... con las pesadillas, los stands...

–Ese término de nuevo... –Murmuró el hombre joven, jugando con su encendedor.

–Lo olvidaba... debo explicarles. –Tras unos instantes de silencio, donde Joseph ordenó sus ideas de la manera que consideró más coherente, dijo: –Conocemos la energía, ¿cierto? Más allá de la capacidad de realizar un trabajo, sabemos que se transmite y se transforma en distintas formas de energía: así como el viento o el agua nos pueden dar electricidad para que esta termine siendo a su vez otra clase de energía.

–Tú eres quien debería ayudar a Jolyne con su tarea de Física y no yo, viejo.

El hombre mayor ignoró el comentario de su nieto y prosiguió explicando.

–Los seres vivos y claro, los seres humanos no son la excepción: son pura energía actuando. Claro que esto ha sido un elemento crucial para tramas de obras de ficción.

Sweet dreams (are made of this) -Jojo's bizarre adventure-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora