Capítulo XX. Lazos

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Josuke y Jolyne se preguntaban con frecuencia cómo sería la vida de Giorno en su casa, siendo esta una mansión tan grande, teniendo todo lo que pidiera de manera fácil. El muchacho les explicó que realmente no funcionaban las cosas así: su padre era estricto de una manera racional, es decir, no cumplía caprichos, sino que Giorno debía ganarse las cosas con base a su comportamiento... aunque esto no aplicaba en ocasiones especiales, donde su padre sólo quería consentirlo.

Después de todo, era su único hijo.

Por eso no tuvo problema en permitirle que la pijamada fuera en la mansión, había mucho espacio para hacer técnicamente lo que fuera, desde jugar en las habitaciones o en el jardín, incluso nadar en el lago artificial o pescar... Giorno no estaba muy convencido, sólo atrapaba peces para liberarlos luego.

De cualquier manera, habían decidido que toda la noche la dedicarían a jugar videojuegos y comer hasta reventar.

–Y eso haremos. –Concluyó Jolyne, viendo hacia el techo, recostada en la cama de Giorno. Sonrió al sentarse en la orilla de la cama, acomodándose frente al televisor. Josuke conectaba la consola y Giorno echaba un vistazo a los juegos de Josuke.

– ¿Súper Ninja Training 5D? –Preguntó el rubio, extrañado.

–Si me preguntas, nunca lo he probado. –Decía el moreno. –Salió en una caja de cereal...

–Ya me imaginaba. –Siguió mirando los discos de juegos con atención. –Oye, este se ve bueno... parece de la mafia...

–Básicamente es estrategia y disparos... pregúntame si lo he pasado...

–No necesito preguntar para saber que ni siquiera lo has tocado, Josuke.

–En realidad, no juego mucho, pero... pues ustedes querían que lo trajera. –Admitió el chico, sonrojándose. –Mira, ya está conectado. Ponle en el canal 3...

Giorno se acercó al televisor y sintonizó dicho canal, donde se escuchó una música robótica indicando el intro de Grandioso GangSTAR Mafia. La puerta de la habitación se abrió y Mista se asomó, preguntando:

– ¿Qué hacen? –Les sonrió y terminó de meterse al cuarto.

–Jugando. –Contestó Giorno, tomando la pistola de la consola y disparando hacia la pantalla. – ¿Quieres? Te gustan las pistolas.

–Dame. –Mista le arrebató el simulador y en la pantalla comenzaron a aparecer pequeños ladrones pixelados, a los que disparaba en cuanto se dejaban ver. Terminó la primera ronda de manera exitosa y sonrió a los chicos, diciendo: –Les dije que esto se me da, ahora, sigamos...

Giorno miró a Josuke y a Jolyne, un poco apenado. –Creo que fue una mala idea prestarle el control a Mista... –Susurró finalmente.

***

Aunque Dio podía leer en cualquier rincón de la casa, este hecho no minimizaba el que su estudio fuese su lugar favorito de la mansión. Era simplemente el lugar perfecto para perderse, entre los libreros, recostándose en los divanes, sumergiéndose dentro de páginas amarillentas y bien cuidadas...

También ese día, fue el lugar perfecto para reunirse con Enrico Pucci una vez más. Ambos prepararon sus tazas de té con una seriedad suprema que parecía ceremonial y mientras Dio endulzaba su bebida con té, Pucci peinó con la mirada uno de los libreros y encontró un libro delgado de pastas púrpuras que sin duda le parecía familiar. Sus ojos oscuros y profundos adquieron cierto brillo y chasqueó la lengua antes de decir:

–Señor... no sabía que tenía este librito aquí... ¿puedo ver?

–Claro que sí, Pucci. –Respondió Dio, sentándose en un sofá. El párroco tomó asiento junto a él y observó por instantes la portada –con un escudo de armas resplandeciente, color plata – para luego abrir el volumen.

Sweet dreams (are made of this) -Jojo's bizarre adventure-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora