Capítulo XXI: Sueños febriles

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–No comprendo las clasificaciones de los libros, –Se quejó Josuke, luego de suspirar con fastidio. – ¿qué es eso de Melvil Dewey, decimales y 680?

–Melvil Dewey era un bibliotecario que pensó que era mejor clasificar los libros en cuanto a decimales en los anaqueles. –Explicó Giorno. –Además 680 es la clasificación para "manufacturas varias", ahí vienen varios libros sobre reparaciones y demás.

–Ah... ya... –Josuke no creía ser capáz de retener tanta información. –pero bueno, esto es un poquito más tedioso que la alberca...

–Pero es más fácil. –Decía Jolyne. –Pienso que es más entretenido. Mira, un libro sobre cómo hacer mermeladas.

Debido al incidente de la alberca, Zeppeli decidió cambiarles de castigo: ordenar los libros de la biblioteca terminando las clases del lunes. Era más odioso, definitivamente, pero entre tres el trabajo se facilitaba bastante. Giorno se bajó de una escalera y trajo el carrito de los libros, empujándolo. Tomó uno muy curioso de pastas verdes y lo abrió desde el inicio: La interpretación de los sueños, Sigmund Freud. Quiso hojearlo, pero dadas las circunstancias donde aparentemente Pucci sabía algo de los sueños de Jolyne, sólo miró el número de clasificación y lo memorizó para futuras referencias, lo acomodó en un estante y quedaba sobresaliendo de los demás. Josuke frunció el cejo.

–Eeeh... o no debe quedar así o ese no es su lugar.

–Pero es el número. –Dijo Giorno, extrañado. –Es raro.

–Hay que hundirlo más... –Josuke sonrió. –Así...

–Josuke, no. –Llamó su atención Jolyne, aún sumergida en el libro de las mermeladas. Su "primo" desobedeció y hundió el libro en el estante, provocando un estruendo del otro lado de este, mismo que fue seguido por un:

–Higashikata Josuke, eres un idiota.

El joven castaño se estremeció: conocía esa voz, era de Rohan, profesor de arte. –No puede ser... –Murmuró. Bajó la escalera y corrió hacia el otro lado del estante, donde lo vio cubierto por libros, muy disgustado. –P-profesor... Rohan... –Decía Josuke sin aliento, muy avergonzado. –Lo siento de verdad...

–Deja de disculparte y ayúdame a quitarme esto de encima, pequeño inepto.

Josuke se arrodilló y comenzó a recoger y ordenar los libros: por suerte, como eran de la misma sección no sería tan problemático acomodarlos. Rohan le ayudaba mientras lo miraba por un rabillo del ojo, esperando alguna señal que le indicara el momento perfecto para actuar. El muchacho le sonrió.

–Creo que ya está.

–Higashikata... –Observó. –Te ves... peculiar... ¿sucede algo?

–N-no pude dormir bien. –Admitió Josuke, antes de ponerse de pie. –Bueno, iré por la escalera.

Rohan suspiró, apretó sus labios y se puso de pie. No quería hacerlo, en verdad, no quería volverse a involucrar con toda la situación... pero era necesario: ya que los adultos no sabían que hacer y los niños parecían no percatarse de nada, debía hacer algo. Josuke regresó, arrastrando la escalera.

–Bien, comencemos a acomodar. –Dijo, a punto de subir. El joven se acercó a él y le murmuró:

–Heaven's door.

– ¿Qué? –Preguntó Josuke extrañado. Rohan se limitó a tocarlo y el chico de cabello oscuro, al instante, se abrió como las páginas de un libro, sin darse cuenta que era víctima del ataque de un stand... aunque ni siquiera recordaba qué era un stand. Mientras que Josuke yacía inconciente, el joven comenzó a hojearlo y a leerlo con naturalidad.

Sweet dreams (are made of this) -Jojo's bizarre adventure-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora