Había abierto el lector de discos compactos de su laptop e introdujo el disco misterioso dentro de esta. Luego de instantes donde la computadora vibraba, resoplaba y sacaba aún más aire caliente de su interior, apareció una ventana en la pantalla, destellando:
Error en D:
El disco probablemente está dañado o en blanco. Introduzca otro CD para continuar.
Aceptar
Kakyoin suspiró y sacó el disco de su laptop para volver limpiarlo antes de introducirlo en el walkman que le había prestado el señor Joestar. No entendía como era que si parecía tener información grabada, ninguno de los electrónicos lo detectara como tal.
Mínimo debía reproducirse un sonido, música, un video... a no ser que estuviera en algún formato irreconocible para su computadora... rascó su nuca en silencio y bostezó al no tener ningún resultado, por tercera vez en cada dispositivo. Tomó el disco para limpiarlo con un pañuelo suave, de nuevo, cuando creyó ver una figura dibujada en la superficie. ¿Era una imagen? Levantó el objeto y lo miró a contraluz, contemplando las líneas que contenían datos, información... cualquier cosa...
Y a continuación pasó algo que Kakyoin no reconoció como racional: el disco resbaló de su mano y cayó sobre su frente, pero en lugar de rebotar y caer al suelo, fue absorbido por su cabeza, como si fuera una unidad lectora de CD's.
– ¡Ouch! –Gimió por lo bajo, frotándose la frente con insistencia. El área le dolía un poco y su cabeza le pesaba a la vez. ¿Qué demonios había sucedido?
En ese instante, Jolyne abrió la puerta de la habitación, con una sonrisa en el rostro. –Nee, Noriaki, dice mi abuelo que la cena está servida.
Tratando de no lucir desorientado, Kakyoin le respondió: –Iré en unos segundos, Jolyne.
– ¡Bien! –Dijo, cerrando la puerta y saliendo de la habitación. El joven profesor se limitó a apagar su equipo de cómputo y a ponerse de pie. Con un leve vahído y la cabeza embotada, se dirigió al comedor con tranquilidad.
Además de los comensales habituales, a la mesa también estaban el director Zeppeli y Haruno, así que la mesa bullía en alegría y la casa lucía más acogedora que de costumbre.
–Caesar-chan se invitó a cenar, –Se excusó el señor Joestar, con una sonrisa en los labios. –espero que no les moleste.
–Momento: ¿me invité o me invitaste? –Preguntó el italiano, levantando una de sus cejas, muy extrañado. –Pensé que me habías llamado por teléfono y...
–Okay, okay...
–Eso de invitarse solo es algo que se te da muy bien, por cierto. –Sentenció Caesar, mientras se preparaba un té. Joseph lo acuchilló con la mirada, mientras que le ponía un plato con filete, un revoltijo de zanahorias y guisantes y puré de papas con salsa. – ¿Seguro que lo cocinaste tú?
– ¿Salió muy quemado o---?
–Tiene excelente pinta, Jojo. –El inglés hizo dejó salir cierto ruidito de satisfacción de su boca y siguió sirviendo.
– ¡Abuelito! –Exclamó Jolyne, alarmada. – ¡Haruno no come carne!
– ¿No? –Puso un plato frente al rubio. –En mis tiempos...
–Aquí vamos de nuevo. –Resopló Jotaro, mientras Caesar Zeppeli ahogaba una risita.
– ¡En mis tiempos debías comerte todo lo que te sirvieran!
–Aún hoy. –Dijo Jotaro. – ¿Recuerdas cómo regañaste a Jolyne por lo de la ensalada de coles?
– ¡Pero eran coles! –Gritó Jolyne. – ¡ODIO las coles!
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Sweet dreams (are made of this) -Jojo's bizarre adventure-
Fanfiction¿Serán los sueños manifestaciones de deseos reprimidos o ecos de vidas anteriores? Cada noche, Kakyoin Noriaki tiene pesadillas tan reales como para hacerle creer que alguna vez vivió lo soñado; al despertar, el tedio y la rutina le hacen pensar qu...