–Pero sin confianza no puede haber una relación.
–Lo sé. Pasó algo que no me esperaba. Digo, era joven y algo ingenuo y--- me enamoré. O creo que lo hice. –Kakyoin se percató de que la expresión de Jotaro era seria, aunque solemne de más. –La conocí... en la universidad. Ni siquiera recuerdo como, creo que nos presentó Polnareff. –El moreno encendió un cigarrillo a pesar de estar dentro de la casa y comenzó a fumar. –Era distinta de todas las demás: seria, dedicada... algo taimada en confianza. Todo fue tan rápido.
El hombre pelirrojo cabeceó, confundido.
– ¿Te refieres a...?
Jotaro apagó el cigarrillo con disgusto y bajó la voz aún más.
–Planes a futuro, viajes, investigaciones... luego, entre toda esa rutina aparente, me dijo que esperaba un hijo mío. –La tensión entre ambos era evidente. El joven profesor no creyó nunca que su pareja le contara sobre su exesposa más a detalle. Lo escuchó suspirar y proseguir: –Nos casamos, entonces, ante la incertidumbre, ante una familia inconforme. Aun así me sentía feliz, de alguna manera.
–Comprendo.
–Fue en esos entonces, cuando comenzamos a vivir solos que comenzó a alejarse aún más. Ella... era seria, pero parecía que en momentos estaba enfadada con la vida o conmigo, sin razón alguna. Luego nació Jolyne –Jotaro sonrió de manera abierta y dulce, acunando ambas manos. –, apenas cabía en mis manos, era tan pequeña y frágil, tan inofensiva... Ayleen nunca mostró un auténtico interés por ella. –Regresó a su expresión seria. –Parecía querer que se la quitaran del regazo de inmediato, siempre. Le exasperaba que llegara a hora de la comida, que Jolyne llorara... fue... como si todo su enojo se incrementara.
–No la justifico... algunas personas solo no tienen instinto maternal... –Decía Kakyoin.
–Sabes que... no soy exactamente paternal... –Le respondió Jotaro, con un sonrojo muy ligero. –Pero Ayleen... vaya, podía dejar a Jolyne llorando todo el día, gritando, hambrienta o algo... pero un día, desperté y ella se había ido.
– ¿¡Con Jolyne?! –Preguntó el profesor, asombrado.
–No, se fue sola. –Jotaro apretó los labios. –Nos dejó. Jolyne ni siquiera tenía un mes. Ayleen se fue sin notas, sin explicaciones, sin despedidas... –Suspiró y sepultó su cabeza entre sus manos. –Nunca contó nada... no confiaba en mí, era como estar con una desconocida... estuve con una desconocida. –Kakyoin acarició su mano con dulzura. Sabía que el dolor y el enojo era demasiado, aun cuando había pasado hacían diez años. –Y me dejó solo con Jolyne... no sabía que hacer... estaba desesperado... no sé qué hubiera sido de Jolyne sin el abuelo... le debo tanto...
–Han pasado por mucho...
–Y así llegamos aquí, a este punto... –Concluía Jotaro. –sé que puedo quedarme solo de nuevo, así que por favor... –Tomó la mano de Kakyoin con fuerza. –si en verdad quieres ayudarme, confía en mí. Podemos ayudarnos mutuamente, podemos salir adelante...
El pelirrojo se dejó abrazar y besar por su amado. ¿Así que por eso ahora era tan inseguro? Correspondió a sus gestos de cariño y lo miró a los ojos, abriéndose por completo.
–Debo ser sincero contigo, entonces. –Le murmuró.
–Kakyoin...
El joven profesor negó con la cabeza y suspiró:
–No comprendo... es... todo es tan confuso: los sueños, las pesadillas, nuestras supuestas vidas pasadas... ¿qué está pasando?
–Eso mismo me gustaría saber. –Volteó a ver a Kakyoin: estaba más pálido y sus ojeras resaltaban un poco más. –...deberías descansar...
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Sweet dreams (are made of this) -Jojo's bizarre adventure-
Fanfiction¿Serán los sueños manifestaciones de deseos reprimidos o ecos de vidas anteriores? Cada noche, Kakyoin Noriaki tiene pesadillas tan reales como para hacerle creer que alguna vez vivió lo soñado; al despertar, el tedio y la rutina le hacen pensar qu...