POV Harry
Eran las tres de la mañana con unos cincuenta y dos minutos para ser exactos. Louis Tomlinson no llegaba. Tenía frio, un suéter de lana color pastel era lo único que me entregaba un poco de calor y unos zapatos de cuero que me encantaba usar por las tardes.
Espere hasta las ocho, sin ninguna muestra de que el castaño este por llegar. Me dirigí hacia la melancólica cocina para prepararme un café "tres de azúcar, así como le gusta a Louis" coloqué chocolate y un malvavisco para terminar. Caminé hacia el sofá del comedor y me instalé a ver televisión. No tenía sueño así que me propuse mirar la única telenovela que daban a tales horas de la madrugada. Esta termino unos treinta minutos después.
Con café en mano y la chimenea ardiendo hojeaba unos cuantos libros de detectives, amor y muerte que a Louis le fascinaba. De hecho, la casa estaba cubierta por decoraciones que ambientaba las habitaciones tal como en los libros.
Cuando decidí venir a vivir con él, una gran parte fue por eso, su gran, pero gran imaginación que poseía y me encantaba. Para mi él es un gran artista escondido con el apodo de -Boobear- y yo un pequeño niño, tres años menor que él con unos fantásticos rulos color castaño que siempre tocaba y acariciaba.
Creo que con Louis nos conocimos gracias a todo esto de la literatura, ambos íbamos en la misma escuela de niños, unos seis años más o menos, pero en distintas salas, Sin embargo nos conocimos en el taller de cuentos y desde allí nos hicimos amigos. Nos juntábamos cada recreo a leer y a opinar acerca de los divertidos libros que llevaba Louis a la escuela. Como el tenia seis y yo cuatro años, yo no entendía del todo los libros que leía boobear. Aquellos libros de detectives eran demasiados complicados para mí, Sin embargo, me encantaba escucharlo leer y ver como se divertía haciéndolo, su sonrisa de verdad me alegraba el día.
Todo esto se mantuvo a través de los años, cuando pasamos a preparatoria nos reuníamos en la biblioteca y estudiábamos juntos a pesar de que él era mayor que yo, de hecho eso nos facilitaba, el era mi tutor y yo su joven estudiante.
En la universidad continuamos siendo amigos y afortunadamente estudiamos lo mismo -claro que fue un acuerdo de ambos- y juntos nos metimos a un club de lectura bastante avanzado que terminaba a las diez cuarenta y cinco de la noche, por lo que aquellos días que teníamos el club ambos nos íbamos para mi casa a dormir hasta el otro día. Lo satisfactorio de todo esto, es que cuando ambos dormíamos en mi hogar, nos acurrucábamos uno al lado del otro mientras comíamos y veíamos películas hasta finalmente conciliar el sueño, era muy agradable. Definitivamente, los mejores amigos del mundo...
Unos toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos "¿qué hora será?" las cinco con treinta y dos. Me acerqué a la puerta sin antes tomar mi taza de café y mis zapatos. En la puerta principal, una silueta se encontraba dibujada. Abrí unos centímetros la puerta encontrándome con unos ojos celestes mirando hacia mi dirección, completamente empapado con la fuerte lluvia de invierno. Mi Louis Tomlinson estaba allí. "¿te gustaría abrirme?" Lo miré directamente a los ojos, sin abrir completamente la puerta.
"no creo que deba hacerlo, sinceramente" La risa del chico con ojos celestes apareció.
"entiendo que no quieras hacerlo" Me apoyé en la puerta y lagrimas salieron descontroladamente de mis ojos.
"no me siento muy bien sabes, además estaba preocupado por tí" El chico de ojos celestes susurró algo que no logré captar, sin embargo pareciera que lloraba, o simplemente la lluvia caía por sus ojos.
"¿de verdad no quieres dejarme entrar? Tengo frio."
Coloqué mi mano en el picaporte y lo giré lentamente para dejar al otro pasar "pasa rápido, iré a traerte algo" Fui a la cocina y él a su habitación.
