Capítulo 4: Una pequeña gran diferencia.

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Esperé el momento indicado, y cuando se volteó a mirarme me lancé encima de él.
Mis manos en sus mejillas, nuestros rostros sudados, su fuerte aliento a alcohol, todo eso era lo de menos.

Tanto él como yo emitíamos pequeños ruidos mientras nuestros labios se rozaban, nuestras lenguas jugaban la una con la otra, nos mordíamos los labios, los dos esperábamos este momento, se notaban las ganas que nos teníamos.

Ya nada me parecía importante, el que Camila siguiera en el baño, el terrible dolor de cabeza que me daría al día siguiente o el que la gente nos vea, sólo me importaba Renzo, nadie más, nada más.

No recuerdo nada más después de lo que pasó.

• • •

Al día siguiente, desperté en cama ajena y con terrible dolor de cabeza que de por sí ya lo veía venir.
Me di cuenta que no traía ropa puesta, sólo mi bóxer.

Sentí unos ruidos provenir de afuera, abrí la puerta medio confundido y con algo de miedo.
Dando pasos y tropezones, llegué a lo que parecía ser la cocina.

- Buen día, ¿cómo te sientes, bello durmiente?

Había un chico en bóxers al igual que yo, sólo que el traía una camisa y yo pues, sólo bóxers...

- Qué...¿qué pasó ayer? ¿en dónde estoy?...- Aún estaba medio dormido, no sabía a quién le hablaba siquiera.

- Pues estábamos a punto de hacerlo... pero te quedaste dormido apenas te quité la ropa...- El chico se había ruborizado un poco, oí que había murmurado algo. - Si tan sólo te hubieras visto, eres como un niño al dormir...

Después de eso me di cuenta de con quién estaba hablando y de con quién estaba a punto de hacerlo.

Ya no podía verlo a los ojos, qué vergüenza... él no dejaba de mirarme y eso hacía que me sintiera aún más inseguro.

- Dime, ¿qué hacías en una discoteca?

-Ah, bueno... fui con una amiga...- No quería realmente entrar en detalles, lo único que quería era una aspirina para el jodido dolor de cabeza.- ¿Y tú qué hacías allá?- pregunté, evitando algún contacto visual.

- Nah, nada especial.- respondió con tranquilidad.- Era mi cumpleaños, y fui a celebrar con unos amigos, pero al parecer desaparecieron...

- ¡¿T-tu cumpleaños?! ¿y cuántos cumpliste?- Estaba emocionado, no entiendo por qué, supongo que siempre quise saber su edad.

- 25 años.- respondió el rubio.- Estoy cada vez más viejo, ¿no crees?- sonrió, pero no tenía gracia, estamos hablando de alguien 6 años mayor que yo.
¡Seis!

- Pfft, un viejo...- dije entre dientes. Al parecer me había escuchado, ya que me respondió con cara de pocos amigos.

- ¡Joder, como si fuera tan grande la diferencia! ¿cuántos años tienes tú, eh? - me examinó completamente.- Tendrás unos... ¿23?

Le miré feo.

- Tengo 19.- le corregí, él me miró como si estuviera bromeando, intentando reírse. Cuando se dió cuenta de que hablaba en serio no hizo más que dar un suspiro.

- Menudo lío... quién diría que tuvieras 19 años, aunque ahora que lo pienso se nota bastante, hasta parece que fueras menor.

Apoyó su cabeza con la mano, contemplando mi torso sin ropa y mordiéndose ligeramente el labio inferior.

- Pero oye, supongo que no te importa ¿verdad?

Noté que su mirada bajaba hacia mi entrepierna.
¡¿Pero qué coño se cree éste?!

- Viejo sucio.- le dije, algo ruborizado e inflando mis cachetes.- Por poco y me violas.

- Fue tu culpa por provocarme. Además de no ser por ti no estaríamos aquí.- entrecerró sus ojos, no tenía nada para decir en contra.

Por desgracia tenía razón. Fue mi culpa.

¡P-pero aún así...!

...

Mierda, no se me ocurre nada...

Ojos Violetas. (BL/Gay) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora