La Pelea del Siglo: En Sus Marcas...

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¡Espero que les guste!

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Tom y yo pasamos juntos solo un par de horas ese día; comimos perros calientes como le había pedido y después hicimos una visita relámpago a comprar un par de pantalones y vestidos, me había resignado desde ese día a que tendría que usar vestidos al menos durante los últimos meses del embarazo.

Tom me vio entrar en la casa y cogió su maleta antes de irse de vuelta al gimnasio, al día siguiente tendría que presentarse al pesaje anterior a la pelea con Listing. Estaba un poco nerviosa, solamente una vez antes había asistido a una ceremonia de pesaje, pero nunca parecía tan importante como en ese momento. Debía recordarme que los dos alemanes de estaban jugando el invicto.

- ¿No vas a cenar? – Le pregunté bajó las bolsas de compras.

- No puedo, - lo vi suspirar, - ¿ustedes ya quieren comer otra vez? – Me sonrió con una mirada cansada al alzar la vista y coger mi mano.

- ...No....- Dije con la otra mano encima de la barriga.

Los nos miramos mutuamente.

- ¿Estás nervioso? – Le pregunté, era la primera vez que se lo pregunté antes de que aquella pelea; pero no fue la última.

- Para nada. – Me dijo. Asentí levemente con la cabeza y llevé sus manos a mi ya redondo vientre. – Ya, no juegues, ¿tienes hambre?

Me reí de aquello y le di una palmada en el hombro.

- ¿Entonces sí?

Volví a reír pero está vez lo dejé inclinarse a darme un beso antes de ir a la cocina, dejando olvidadas las compras que habíamos hecho esa tarde. Por petición suya me senté en la mesa de la cocina y esperé a que me cocinara algo, mientras tanto me deshice de las zapatillas, los pies me mataban... ¡se hinchaban horriblemente! También jugué un poco con las orejas de Olly, él no sabía que ocurría pero siempre me agradaba acariciar su suave pelaje y ver aquella extraña sonrisa canina, Jonah y yo siempre habíamos pensado que los perros podían sonreír.

- ¿Bill llega mañana, no? – Le pregunté.

- Sí, llegará por la mañana, nos veremos en la ceremonia. – Me respondió.

Vi que Tom no se apartaba de la estufa, pronto Olly me abandonó y corrió hacia la puerta moviendo la cola y ladrando. Miré hacia donde él se había ido. Pronto escuché sonar el timbre y me levanté.

- ¡Yo voy! – Le dije a Tom, que se dio media vuelta. – Tú termina eso, queremos comer pronto. – Me permití decirle e broma, él puso las cejas en alto pero alzó las manos en señal de derrota y volvió a prestarle a atención a lo que fuera que estaba cocinando.

Abrí la puerta y me encontré a cierto alemán de cabello rubio.

- ¡Bill! – Lo abracé rápidamente al verlo.

- ¡Hola, qué bueno que te alegras de verme! No sabía si odiarías la sorpresa... - Me dijo al rodearme como le fue posible con sus brazos.

- ¡Claro que me iba a alegrar! – Le dije. – Eres el Jake y Jonah de Tom, eres mi Bill.

Me aparté de él y lo vi juntar los labios, mirándome atentamente con ojos entreabiertos.

- Eso es más o menos reconfortante... ¡hola, Olly! – Se agachó para acariciar el pelaje oscuro de nuestro perro. – Estás increíble, le tendré más respeto a mi madre, si estuvo así de enorme y aun así nos quiere ver en Navidad...

Memorias (Tom Kaulitz Fanfiction)Where stories live. Discover now