¿Una distracción?

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-¡No, no, no, no, Imposible! No es posible que hayas escrito jugo con "g" al principio. –reía Lucy mientras intentaba no caer al suelo.

-¡No te burles! Mi caligrafía es muy mala. ¿Qué se supone que hiciera? –hizo puchero y Lucy sonrió.

Estaban caminando por la playa de Miami, Lucy estaba caminando por el borde de las olas mientras Austin se mantenía unos centímetros más alejado. Habían comido en un restaurante y más tarde se habían despojado de sus zapatos para caminar por la arena. La pelinegra había encantado a Austin a pesar de ser un año menor que él, le había enseñado a tomar agua mientras hablaba lo cual le resultó bastante gracioso. Poco a poco y sin pensarlo, ella se estaba convirtiendo en su escape del mundo en el que se había metido.

-Cuando era niña creía que el agua era azul porque miles de pitufos habían muerto en el agua y su sangre azul había teñido las olas y demás. –Austin río ante tal declaración y sin darse cuenta tomó la mano de la pelinegra, esta no se inmutó, pues estaba jugando con su suelta falda mientras miraba la luna llena frente a sus ojos. Pero el estándar de Austin era ella.

-Ven. –se agachó a la altura de Lucy y esta saltó en su espalda. Rodeó el cuello de él mientras él la sujetaba de los muslos. –Se nota que no eres mi fan. –

-Se nota que si. –le tapó los ojos y Austin fingió perder la estabilidad y la arrojó al mar. – ¡Austin, no sé nadar! –el de ojos verdes río y se tiró junto a ella. –Me enfermaré y te mataré antes de morir de hipotermia. –Austin río y la tomó de la cintura para que ella pudiera al menos flotar ya que debido a la blusa blanca y la falda negra que tenía era imposible concentrarse en flotar.

-¿Y si soy tú enfermero? –

-No gracias, no quiero que salgas vestido de enfermera sexy y confundas los medicamentos y me muera porque me diste pastillas para la migraña. –el de ojos verdes volvió a reír, era increíble todo lo que reía con ella. -¿Eres consciente de que mojaremos tú coche? –

-Da igual. –se encogió de hombros. –Aguanta la respiración. –ella asintió y se hundieron en el agua cristalina, sentían las olas tibias chocando en sus cuerpos y como sus cabellos se mezclaban. Volvieron a la superficie y ella sonrió.

-Estás loco. –frotó sus ojos y miró el cielo estrellado. –Tú... -Austin levantó su mentón. –No sé... De pronto... De pronto pienso que eres una persona... Pero luego, sé que eres otra. –sus ojos se humedecían. –Me tengo que ir a casa, Austin. –el de ojos verdes negó y tomó su mano sin firmeza. No quería que ella lo dejase solo.

-Prometo mostrarte que no soy el chico que salió con Camila Cabello y Becky... sólo, déjame ser el chico normal que era. –

-Austin esto no tiene sentido, no nos conocemos. Soy una distracción para ti, lo siento. –

(...)

A veces creo que en verdad te mereces todo el odio que tienes, Austin.

-Lucy...

Lucy cerró su laptop y sostuvo más la toalla que cubría su cuerpo, mientras veía la chaqueta que colgaba del perchero de su habitación, había vuelto hace ya doce minutos de su "cita" con Austin, el camino fue silencioso y él prometió hablarle más tarde.

Ella estaba contundida, y dejó los tres puntos suspensivos, para que los seguidores de su blog sepan que estaba algo rota.

Que se estaba perdiendo entre tantos sentimientos. Entre la luna, el mar, y los verdes ojos de Austin Mahone.

Dejó la toalla caer y se colocó su ropa interior, miró la chaqueta y se la colocó, le quedaba bastante grande pero río y la volvió a dejar en su lugar. Se acostó en su cama y sintió el choque de nudillos contra la madera de su puerta.

-Puedes entrar. –una cabellera rubia se asomó y cerró la puerta tras de sí, se acostó a su lado y tocó sus cabellos.

-¿Estás bien? –

-No. –dijo reteniendo las lágrimas. –No sé qué mierda sentir. –afirmó.


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⏰ Última actualización: Feb 11, 2016 ⏰

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I hate you, AustinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora