Capítulo 30

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UNA VECCHIA COPPIA
(Una pareja vieja)

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«Jess-chan ha abandonado este grupo» rezaba la notificación del grupo en la aplicación de mensajería instantánea, que era conformado por Laura, Bianca, Jessica y Anneliese.

La rubia, sentada sobre la cama de su hermano, se sintió preocupada y, sin planearlo, murmuró:

—Jess y Bianca discutieron... muy fuerte, hace un rato y... no sé si vayan a volver a hablar.

Era ya de noche y sólo tenían como luz el resplandor pálido del televisor —sin volumen— y la suave lámpara que el muchacho ocupaba, en su escritorio, aun así, pudieron mirarse perfectamente uno al otro; él sólo llevaba bóxers, y ella tangas y un corpiño de encajes blancos. Se vieron a los ojos; Angelo lucía atento..., pero no al tema, sino a ella. A Annie —se había oído realmente angustiada—.

—¿Te preocupa que te hagan elegir? —sin darse cuenta, había revelado a gritos su único interés: ella.

La rubia frunció el ceño, ¿elegir? Ni siquiera se le había ocurrido que...

—No —confesó, sacudiendo ligeramente la cabeza.

—... ¿Entonces?

¿Entonces? Annie estuvo a punto de narrarle entera la discusión, pero se dio cuenta de que ahí no habían comenzado las diferencias.

¿Había empezado cuando Laura ocupó su lugar como amiga en la vida de Bianca? Podría ser: a Jess no le gustaba que le quitaran ni un listón, mucho menos personas y... Annie frunció el ceño porque, ¿qué personas iban a robarle? Al igual que a Angelo, tampoco a Jess le gustaba la gente; sí, bueno, al muchacho simplemente lo hastiaban, pero a Jessica le molestaba que la distrajeran. Su mundo entero era su arte y lo que le inspiraba a crearlo; tenía un riquísimo mundo interior en el que sólo cabían su familia —sobre todo, Anneliese—, y aunque Bianca había logrado ingresar una vez, cuando ella decidió salir, las puertas se cerraron detrás de ella.

Entonces, ¿había comenzado con Marcello y Paola?

Paola Ariste era una chica que no le agradaba a Jessica —por falsa, por promiscua, por su falta de dignidad y autorespeto—, sin embargo, parecía despreciar aún más a Marcello, quien...

—¿Crees que es violación si tienes relaciones con una persona que, aunque está borracha, está consiente? —se oyó preguntar.

No se dio cuenta de que su hermano perdió la expresión.

—¿Por qué preguntas eso? —indagó.

Annie sacudió su cabeza, buscando cómo contar brevemente todo lo que tenía en mente, pero se quedó más de lo que creía pensando en ello y, Angelo, algo ansioso, continuó:

—Algunos creen que no puedes reducirlo yéndote a los extremos, sino que deben analizarse cada elemento —soltó.

Y a la muchacha no le tomó por sorpresa su respuesta nada personal, que no reflejaba su opinión personal; «Algunos creen»... otros, no él.

Angelo continuó:

—Si me hablas más de la situación e involucrados, sería más fácil que pudiera ayudarte —siguió tratando, buscando que ella le diera contexto y nombres; le preocupaba un tanto los temas que Bianca pudiera estar tratado con su hermana y su prima... Especialmente con su hermana.

Annie, aun analizando sus palabras, se centró en sus ojos grises.

—¿Por qué eso importaría? —preguntó finalmente—. La situación y las personas.

Ambrosía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora