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Harry salió temprano de su casa, tanto que recibió un grito de su madre sobre el tenía que desayunar mientras salía, pero lo pasó por alto puesto que iría a ver a Louis. Tenía que contarle que la noche anterior, su padre había llamado y avisado que lo visitaría. Por fin lo haría, puesto que durante los cuatro años que habían pasado desde que se había mudado solo había recibido llamadas telefónicas por parte de Des.

Vivía a unas pocas calles de Louis, cosa que ambos les encantaba puesto que podían verse las veces que quisieran, a la hora que quisieran. A diferencia de la casa lujosa de Harry, la de Louis era bastante humilde y pequeña pero al castaño no le importaba. Al contrario, era un niño que se burlaba de sus condiciones de vida.

Llegó a su casa y antes de que pudiera tocar la puerta, el ojiazul salió por esta.

—¡Por dios, Styles! —gritó exaltado mientras cerraba la puerta. Harry soltó una risita y Louis tomó su mano para tirar de él—. Mi padre está dentro, así que será mejor que nos vayamos.

—¿Tu padre está dentro? —pregunto el rizado más que emocionado y tiró de su mano para regresar a tocar la puerta, pero Louis no se lo permitió. Se conocían ya hacía cuatro años y Harry jamás había conocido formalmente al padre de Louis, tan solo las veces que llegaba y se tiraba al sofá.

A Harry siempre le dio curiosidad conocerlo sobrio, pero jamás se presentó aquella oportunidad. Esta vez, sobrio o ebrio necesitaba hablarle.

—Louis, algún día conoceré a tu padre —el castaño rodó los ojos, ganándose una mirada de soslayo de su amigo el cual decidió continuar—. Quiero invitarles a mi casa el sábado.

Louis alzó la ceja, prácticamente se la vivía en la casa de Harry, no veía porque esta vez sería diferente.

Harry pareció entender su confusión, puesto que continuó hablando.

—Mi padre vendra a visitarme y dijo que haríamos algo de carne en la playa, sabes cuánto amo la playa. —murmuró con los ojos brillosos de tan solo pensar en aquel lugar. No era un secreto que el pequeño Styles amara jugar con la arena, salpicar a Louis mientras nadaban y hundirse a profundidades que muchas veces preocuparon al castaño, creyendo que se su mejor amigo ahogaba.

—No creo que sea buena idea, tú sabes cómo es mi padre y no quiero que tu familia piense mal de mí...

Harry cubrió la boca de Louis con la palma de su mano, impidiéndole que siguiera diciendo tonterías.

—Mi mamá te adora, cállate.

Louis soltó un suspiro y asintió, el perder a su mejor amigo lo aterraba.

—Le pediré permiso yo a mi padre y te iré a ver en la noche, ya sabes. Escalaré a tu ventana como siempre. —Harry sonrió de oreja a oreja, antes de tomar a Louis de la mano y tirar de él.

Comenzaron a correr tomados de la mano, mientras soltaban algunas risas.

—Harry, deberíamos parar. —murmuró Louis luego de unos minutos, tirando de la pequeña mano de Harry. Este se rehusó a detenerse por lo que siguió corriendo—. Harry, te dañaras

Louis volvió a tirar de su amigo, pero no fue hasta que Harry sintió su pecho arder y la respiración faltarle para que por fin decidiera detenerse. Se arrodilló sobre el pavimento y comenzó a respirar con dificultad.

—¡Te dije que pararas! —Louis gritó aterrado, tomando los hombros de Harry. —Respira, tranquilízate.

Harry intentó hacerlo, sabía perfectamente que no podía agitarse de aquella manera, pero él siempre hacia lo contrario.

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