Prólogo.

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— Lenox, no llores..— consuela la mujer que nos daba de comer.

¿Cómo quería que no llorara?

Hoy era mi cumpleaños número 16, y seguía viviendo en el orfanato. Lo peor de todo es que, si no me adopta nadie en dos meses.. Me van a echar del orfanato.

— Mariana, entiéndeme.— llamo su atención.— ¿Sabes qué me iré a la calle en dos meses?

Se ríe.

— Oh, lo sabía..— vuelve a reír.— Tú, Lenox, has sido adoptada, y te irás mañana.

Empiezo a llorar, de alegría.

— ¿Quién me adoptará? ¿Sabes?

— No, creo que será una sorpresa para todos.— me sonríe.— Ahora ve a dormir, ya son las diez, y sabes que Marshall se enojara si no te duermes.

Mariana, era la mujer que nos daba de comer, y la única que nos entendía.

Los demás nos trataban como basura, en especial los hijos de Marshall, nos decían que no valíamos nada, claro, no nos afectaba.

— ¡Buenas noches a todos!— digo.

— Gracias Lenox..— dice María, que ya se estaba durmiendo.

***

— ¡Despierten! ¡Mocosos!— los gritos de la mujer de Marshall me despierta.

— Buenos días señora.– decimos todos al unísono.

— Lenox..— me apunta con el dedo.— Te vinieron a buscar.

— Me adoptaron.— la corrijo.— ¡Adiós a todos!

La mujer de Marshall —no nos permiten saber los nombres de cualquier familiar de Marshall.—, me tiro de la oreja y me llevó a la puerta.

Se podían escuchar los "adiós" de los chicos que me saludaron.

Mariana se paró al lado mío.

Le di una sonrisa, y ella igual.

La señora abre la puerta, y se va, como si yo no le importara mucho.

— Señor..¿Qué hace aquí?— le pregunta Mariana a un hombre al cual desconozco.

— Vengo a buscar a..¿Lenox?

— ¡Hola! Soy Lenox.— saludo.

— Hola, soy tu nuevo padre, Thomas Carter.— dice con una amplia sonrisa.

– Hola, Thomas.— lo abrazo.

— ¿Qué pasa aquí?— baja las escaleras la señora, al ver que no me iba.— Oh, Dios, mío.

— Buenos..— dice Thomas, pero la señora ya se había desmayado.

Bueno, no era para tanto, ni que esa mujer me fuera a extrañar.

— Emm, ¿vamos?— pregunto, y Thomas me da la mano.

– ¡Adiós Lenox! ¡Te llamaré!— me grita Mariana desde lejos.

¿Qué diablos? Yo no tenía celular,

— ¡Adiós!

Thomas sube a un auto estirado así, súper grande, como los que veía en la tele, negro, y me pide que suba.

— Tú.. ¿Sabes quién soy yo?— pregunta Thomas.

— Duh. Eres Thomas Carter, mi futuro padre.

— Si, y también el rey de Inglaterra..

— Espera, ¿qué?

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¡Hola!
Ojalá les guste la historia, ya sé que el rey de Inglaterra no se llama Thomas, pero es una historia ficticia.
Ojalá me apoyen en esto, es nuevo para mí.

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2016 ⏰

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