La tragedia del ahora, es la potencial comedia del futuro.
Miércoles, 29 de julio del 2020.
Era un día brillante y soleado, de esos en los que el sol te penetra la piel, te pone la sangre como lava y el cuerpo húmedo. Aquellos en los que la gente transita las calles jadeando, sacudiendo el sudor que le chorrea de la frente como un manantial.
De esos donde la mezcla de olores en el metro se hacen el viaje nauseabundo.
En esos días a Julia las mejillas se le enrojecían, el ceño se le fruncía y el mal genio le brotaba por los poros. Asqueada, observaba al resto de la humanidad que habita a sus alrededores.
Detestaba el calor, imaginar a todo ese montón de moléculas agitadas le causaba irritación.
Prefería la tranquilidad del frío, la humedad del infierno, y el sonido de la lluvia. Para ella todo era más poético bajo la lluvia.
Los días lluviosos... Oh sí, le encantaban.
Definitivamente la playa estaba fuera de su lista de lugares favoritos.
Para ese momento, en la vida de los dos locos no ocurría mayor cosa (en realidad sí, pero ellos no lo sabían todavía).
Un día después del ataque de Josh, Sarah le vio la cara a Julia, y se puso como loca. La ojos verdes trató de evitar que la rubia se enterará, pero su madre que era una chismosa, al verle la cara hinchada le avisó de inmediato a la abogada.
La rubia se presentó en la casa intrigada y al oír la historia se puso como una fiera.
—!¿Cómo es posible?! —protestó al escuchar la historia—. Esto no se va a quedar así... —puntualizó.
—Ya tomé cartas en el asunto —interrumpió la joven.
—¡No! —gruño —. No me interesa lo que tengas en mente, la única que actuara en esto soy yo.
—No me jodas, es mi asunto —defendió.
—No me jodas tú a mí... —gritó —Eres un hámster dando vueltas en su rueda todo el día —le espetó a la cara —. Así que yo, que soy un ser racional me ocuparé de esto mientras tú... Te pones las pilas con las mierdas que sabes hacer —dijo señalando la computadora.
Julia se rio, tenía razón... Estaba dejando que Josh la sacara de sus casillas, le otorgaba mucha importancia y eso no la dejaba ser eficiente en sus trabajos.
—Ponte hielo en ese golpe, se te ve horrible —finalizó antes de marcharse de la casa.
Desde ese día no ocurrió nada más, Julia se dedicó a estar en casa mientras su cara se recuperaba. Kai viajó fuera de la ciudad por unos días, por cosas de negocios y luego regresó, justo para el cumpleaños de su novia falsa.
Y lo más relevante de su semana ocurriría esa noche, en la celebración de cumpleaños de Julia.
Kai asistió al asado que organizó Sarah en casa de los Lambert. Él se sorprendió al ver que la mujer vivía en una bonita casa, grande. La madre de Julia, la señora Filipa, se mostró muy emocionada por la presencia de Kai en la celebración. Su hija jamás había llevado a alguien a casa, menos a un hombre.
Aunque Annette parecía vivir rodeada de ellos.
El único hombre que la señora Filipa reconocía como cercado a su hija era Josh, ese delincuente que había sido capturado robando una mansión años atrás.
Filipa no lo quería ver ni en pintura, era una mala influencia para su hija.
Aunque, nada más alejado de la realidad, porque Josh robaba por Julia. Y fue atrapado, por ella misma.

ESTÁS LEYENDO
MALO HASTA LOS HUESOS
Mystery / Thriller-Julia, ¿te gusta un buen crimen? -le susurro, amenazante. -A todos les gusta, siempre que no sean la víctima. Código de registro: 1710023668604 ____________________________________ Copyright © Todos los Derechos Reservados