Qué lindos son los reencuentros. Serían mejores si no estuvieran relacionados con una despedida anterior o una ausencia sin aviso. Me he vuelto especialista en el tema, a lo mejor por eso soy una adicta a los abrazos teatrales, con carrera en cámara lenta y mirada soñadora incluidas.
Le he tomado el gusto a ir de paso por todos lados, al subidón que provoca ver de nuevo a alguien muy querido. Pero conmigo siempre viene una sensación de pérdida, de necesidad de volver (con la frente marchita) y tomar todo lo bueno y lo malo que dejé atrás. Es una especie de fantasma que se alimenta de los "Te extrañé mucho" y los "Qué lindo es volverte a ver". Y se instala en mi tintero, cada vez que abandono la escritura y me entrego a cosas más frívolas y, en apariencia, más simples.
Hace unos meses, he dejado al fantasma clavado en la pizarra de mi casa, para que no me deje olvidar a los personajes que aún no han visto la luz. Y ahora, que vuelvo a él, esa mirada de añoranza me emociona. No volveré a dejarte, le digo. Te extrañé mucho, me responde. Juntos vamos a sacar a todas las novelas no escritas del baúl y les pondremos nombre. Juntos, hasta que se me ocurra volver a dejarlo solo, sin aviso.
Bienvenidos a la morada del fantasma.
Qué lindo es volverlos a ver.
PD: La portada no acompaña, lo siento, mis pocas habilidades con el ps se las llevó el espíritu de las navidades pasadas. Pronto una mejor.
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El fantasma en mi tintero - Pequeñas historias
ParanormalPequeñas historias para alimentar al engendro que todavía vive en las profundidades de mi helade... de mi tintero. Microcuentos, la mayoría. Otros son puros relatos escabrosos y ganas de experimentar temas distintos. Se pueden encontrar también en m...