Jarda y su sofá

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Al dia siguiente todos nos despertamos mas o menos a la misma hora, algunos antes que otros, excepto Maria y Jardani. Todos fuimos al salón y vimos a Maria y a Jardani en el sofá, bueno, mas bien a Maria en el sofá, porque Jardani estaba en el suelo durmiendo con media manta y Maria en el sofá con la otra mitad de la manta. A Alfonso y a Gonzalo se les ocurrió la brillante idea de coger un rotulador cada uno y aprovechar la situación, les pintaron bigotes y barba, y algún que otro miembro masculino por la frente. Maria se despertó por el golpe que le dió Lucía con un cojín, del susto que se llevó la pobre se cayó encima de Jardani. Maria ni siquiera notó que se había caido, cuando se quiso dar cuenta estaba encima de Jardani, el cuál tenia una cara de sufrimiento que no podía con ella. Jardani se quitó de encima a Maria de un empujón. Todos nosotros empezamos a descojonarnos de ellos.
Android: Que pargelas tio xDD
Jardani y Maria se miran mutuamente los dibujos de la cara del otro y empiezan a reirse.
Maria y Jardani a la vez: Vete al espejo a mirarte *entre risas*.
Los dos fueron directos al espejo y vieron todos los dibujos. Se lavaron rápidamente la cara y salieron del cuarto de baño con cara de que nos querian matar D: , cuando terminamos de reirnos después de un buen rato, Maria se pidió el sofá para esa noche, pero Ruth le interrumpió:
Noo, ya no hacemos mas bromas de esas pero vengaa.
Maria: bueno vale.
Estuvimos todo el dia decorando nuestras habitaciones, Jardani y Android llenaron su habitación con posters de Fairy Tail, Gonzalo y Alfonso pusieron figuritas y algún que otro poster de videojuegos, Lucía, Piqui y yo decoramos nuestra habitación con cosas super kawaiis y estantes con videojuegos, por último Karen, Ruth y Maria llenaron toda su habitación con fotos de ovarios, Karen estaba obsesionada, que le íbamos ha hacer. Esa misma noche a Jardani y Android les tocó dormir juntos, después de lo de la noche anterior Jardani ya no se la jugaba a dormir en el sofá, lo que hiceron fue coger una almohada grande y ponerla en medio de la cama verticalmente para mantener distancias. Todos esa noche nos dormimos pronto, y Lucía y yo estuvimos hablando sobre todos los momentos que habíamos pasado juntas, le conté un par de cosas de mi vida y, no se como, al final siempre acabamos hablando de lo mismo, que no es otra cosa que de mi gran amiga Nayara (chiste que solo Lucía cuando lea esto entenderá).

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