Ya había pasado bastante tiempo desde que me mude a este nueva colonia, aunque era un lugar donde mi familia estaba más cerca de lo normal no podía negar que no era mi hogar.
Los espacios, los olores no eran lo mismo, se sentía realmente mal.
Tener que dejar a mis amigos y escuela, era una estúpida idea, pero tenía que apoyar a mi madre de mudarnos, ella no podía estar conmigo, así que pues no me queda de otra que aceptarlo.
Inscribirme a una nueva escuela no fue tan difícil, el papeleo y los requisitos fueron muy pocos, además, la escuela era muy pequeña así no nos tardamos demasiado.
Para resumir un poco de cómo me la pase en mi nueva casa, la mudanza, entre otras cosas mejor cuento como entre a mi nueva escuela.
El primer día me di cuenta que obvio era un escuela pequeña y que por ende eran muy pocos alumnos, digo era un salón para cada grado y cada salón contaba con 20 alumnos en total, la verdad eran muy pocos, pero mi madre me decía que entre menos alumnos, los profesores nos iban a prestar más atención.
Una vez terminada la clase y mi presentación al grupo, porque claro era la chica nueva en la escuela y todos ya se conocían, me pude ir tranquilamente a mi casa sin antes notar mi vista a una chica muy pequeña, me daba un poco de risa ya que era un poco torpe, quería acercarme pero al darme cuenta que una amiga suya la ayudaba decidí alejarme. Perseguirla era un poco estúpido, que crean que soy una acosadora y tomando en cuenta que ella era un año menor que yo pues era de lo peor (a, si antes no lo conté, pues entre a cuarto de primaria y por ende ella era de tercera, bueno podemos seguir) como la colonia era muy cuidada y tenía muchos policías pues al parecer los chavos se podían ir solos a su casa sin tener algún miedo de que les pasara algo, claro solo con los chicos de primero y segundo los venían a recoger, claro que si tenían hermanos mayores ahí pues ellos se iban con ellos.
Cuando llegaron a la casa de su amiga ella se despidió con un beso y siguió su camino, creo que me volví loca al seguirla pero se me hacía muy pequeña y tenía miedo de que le pasara algo, una vez que ella llego a su casa, me pude regresar tranquilamente a mi mía.
Así pasaba cada día, además de que me divertía observarla en la hora de descanso como jugaba con sus amigos.
Todo andaba bien, pero noté que se tropezó con una piedra y calló al piso, al parecer sus amigos no se habían dado cuenta ya que se fueron corriendo todos a otro lugar, yo me acerque con ella preocupada de que se hubiera lastimado la rodilla, pero al parecer estaba bien, solo había sufrido un pequeño raspón al cual le salía un poco de sangre, yo como si fuera su hermana mayor decidí cargarla, sentarla para volver a revisar su rodilla, hice un pequeño masaje para que se le pasara el dolor. Cuanto intente hacer mis caras bobas para que no siguiera llorando ella me miro, no parecía muy feliz.
-Tus caras no me harán risa, son muy malas- respondió, mientras se bajaba del lugar donde la había sentado-. Gracias-sonrió para después irse corriendo con sus amigos.
Pude observar que estaba enojada, puso mala cara al grupo con el cual estaba jugando, su amiga le dio un abrazo y al parecer siguieron jugando.
Cuando terminaron las clase tuve que salir rápido, tenía que llegar a la casa para poder ver a mi padre que había llegado a visitarme, pero antes de que saliera de la escuela una niña agarró mi mano, pensé que era mi prima ya que siempre quería que la llevará conmigo, pero no era así era la pequeña niña que veía siempre.
-Gracias, por ayudarme- decía mientras agachaba la cabeza–. Fui muy mala contigo, y te pido disculpas.
-No tienes que agradecer pequeña-me agache para alzar su rostro y mirar sus ojos–. Ni tampoco tienes que disculparte, los pequeños siempre son así-intentaba sonreír ya que al parecer mi comentario la hizo enojar.
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Hoshinofuru
Teen FictionEnamorarte es algo complicado en nuestra vida, ahora imagínate enamorarte de la persona equivocada. Amigos, familia, mi hermana, mi único y gran amor, sólo eres tú.