Georgina

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Era un día soleado, uno de esos días en los que quieres salir y disfrutar con tus amigos de un hermoso tiempo al aire libre.

-Georgina, despierta. Soy yo, tu papá.

-Vamos levántate dormilona, hoy es tu tercer cumpleaños-Decía la madre emocionada.

La niña lentamente abrió sus pequeños ojos color marrón y, al ver a sus padres soltó una pequeña e inocente sonrisita.

-Buenos días hija, feliz cumpleaños-Hablaba el padre de la niña.

-¿Cumpleaños?, ¿Mi cumpleaños?

-Si mi pequeña hoy es tu cumpleaños y estas empezandolo un poco tarde por lo que veo...

-¿Tarde?-Decía dudosa la pequeña niña.

-Si, son las 11:00am. y aun no hemos decorado la casa. ¡Hay que apresurarse!

Así empezó un día esplendido. Eran las 04:00pm y la fiesta ya había comenzado, la pequeña Georgina jugaba con su primo, que era mayor que ella por un año, Ronald y estos dos eran inseparables. Nacidos con el mismo signo zodiacal, los pequeños escorpianos eran muy orgullosos, pero al mismo tiempo eran tan unidos... La fiesta de la pequeña ya estaba llegando a su fin...

-Mayerling, ¿Que hora es?

-Son las 08:30pm

-¡Se me paso la hora!

-Ya deberíamos cortar el pastel. Yamileth, ¿Porque estas tan distraída?

-*Suspiro*, es solo que tuve una pequeña discusión con Jorge de nuevo.

-¿Hoy? ¿En serio?

-Si, justamente vengo de allá...-Decía angustiada.

-¿Y ahora porque discutieron?

-... *Suspiro*

-Disculpa no me quería entrometer.

-No, tranquila. Es que se quiere ir a casa ahora mismo, pero yo le insisto en que nos quedemos porque el esta ebrio y es muy peligroso... Podría pasar algo y... de verdad no quiero ni siquiera pensar en ello...

-¿Pero porque no se va el y ustedes se quedan?

-Ya sabes como es el... Lo mas probable es que si lo hago no me vuelva a hablar...

-Tranquila, sera como siempre: Discuten y mañana te va a buscar como si nada hubiese sucedido-Decía Mayerling, su hermana.

-Tienes razón... Es solo que...

-¿Que?

-Siento que ese loco sera el causante de mi muerte algún día... Pero aun así lo amo...

-¡No digas esas cosas Yami! ¡Sabes que no me gusta que hables así de ti!

-Es la verdad...

-¡Me da igual! Tienes dos hijos y no partirás de este mundo hasta verlos graduados, profesionales y sin que nada les falte.

-... Tienes razón hermanita...

-Pues, entonces vamos, hay un pastel que cortar.

Al terminar de conversar cortaron el pastel de cumpleaños, concluyendo así la fiesta. Los invitados se fueron y los niños se quedaron dormidos... Fue un largo día. Pero todo a penas comenzaba. Íbamos de regreso a casa, pero hubieron complicaciones; papa estaba ebrio y se le dificultaba bastante ver la carretera bien. No recuerdo nada de ese día porque solo tenia tres años pero esto fue lo que paso... Papa manejaba el auto, yo estaba dormida e iba con mi mama en el asiento delantero y mi hermano mayor estaba dormido en el asiento trasero. Papa estaba tan ebrio que en una curva no pudo maniobrar bien, lo que hizo que chocara con un poste de luz que había en una acera...

Luego de eso todo fue tragedia...

El AusenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora