—¿¡Tú sabes lo difícil que es eso, Mangel!? —Reclamó una vez más.
—¿¡Difícil de qué, gilipollas!? ¡Tú mismo ves el apoyo que nos da la gente! ¿Por qué te asusta tanto? —Su pareja se acercó a él, tomándolo de la cara, mirándolo con la paciencia que tenía ahora, que justamente no era mucha.
—¡Míranos! ¡Técnicamente somos famosos! No se enterarán sólo ellos. ¡Toda España sabrá que somos unos putos maricones! ¿¡Entiendes!?
—¿Putos maricones? — Rió amargamente. —No sabía que para ti sólo éramos unos ''putos maricones''. — Negó. —Escúchame bien, ¿vale? —Llevó un dedo a su ojo izquierdo. —Es tu imagen o yo, Rubén. No podemos vivir escondidos por siempre, ¿no te parece? ¡Ahora mismo podríamos estar celebrando San Valentin en una cena, en un restaurante, en vez de estar como ratas escondidos en tu casa! —Suspiró. —Tienes que elegir, Rubén.
Se quedó pensando unos cuantos minutos
—Entonces... Creo que no podemos estar juntos. —Mangel rió, obviamente sin gracia.
—Vale. —Sonrió. Se levantó de su asiento y tomó su chaqueta. Se acercó a la puerta. —¿Sabes? Al final el único ''puto maricón'' eres tú. Pero no porque te encante que te den por culo, sino porque eres un puto cobarde.
Salió de la habitación con un portazo. Rubén corrió hasta la puerta, con la idea de detenerlo, pero no. No lo hizo.
Se deslizó por la puerta, abrazando sus piernas.
Las lágrimas comenzaron a caer, una tras otra para luego desaparecer en sus labios, dejándole un sabor salados.
¿Por qué amar a Mangel resultaba tan difícil?
¿Acaso no podía respetar su decisión?
Él no lo hizo por él mismo. Lo hizo por Mangel.
Él no quería que Mangel sufriera.
Tomó la botella de vino que estaba sobre la mesa y se sentó en el sofá.
Horas después, él estaba dormido.
~
Lo despertó su gato Wilson, con unas chupadas en la cara.
Su cabeza dolía, sentía que en cualquier momento iba a estallar.
Tomó su móvil para ver que hora era.
15:26
76 llamadas perdidas de: Alex.
Miró con extrañeza su móvil. ¿Por qué tantas llamadas?
Algo iba mal.
Decidió llamar a Alex, si tantas veces había intentado llamarlo, debía ser algo importante.
—¡Alex! Tío, ¿estás bien?
—¡Pues, no macho, no! —Escuchó como su voz se rompía. —Pero esa pregunta te la tengo que hacer yo a ti. ¿Estás bien? ¡Lo siento muchísimo!
—¿De que hablas? — Preguntó confundido Rubén.
—¿Todavía no te has enterado? —Murmuró. —Mangel... Mangel ayer tuvo un accidente. —Susurró más bajo.
El mundo de Rubén se vino abajo.
—¿Accidente? ¿Cómo? ¿En qué hospital está?
—Rubius, él murió en el acto.
Lo único que se escuchó fue el celular cayendo de sus manos y sus sollozos.
No, esto no podía estar pasando.
Resulta, que ''haters'' habían empujado a Mangel en la avenida, haciéndolo caer en medio de la ruta, escapando al grito de ''PUTO MARICÓN DE MIERDA.''
Para la mala suerte de Mangel, un camión de carga pasó sin verlo, pasándolo por encima de él, aplastándole los huesos.
Hoy, 16 de febrero de 2016, era el funeral de Mangel, y Rubén no tenía el valor suficiente para estar ahí cuando lo entierren, así que fue cuando la ceremonia terminó.
—Perdóname, de verdad. Perdóname. —Sollozó. —Ese tendría que haber sido yo.
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Especial de San Valentin.
Ya saben que no sería yo si no es triste ;)
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Un triste San Valentín.
Fanfiction''Perdoname, de verdad perdoname...'' ''Ese debería haber sido yo.''