CAPÍTULO 1

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-¡Logan date prisa que llegamos tarde! Grito desde el comedor.

No me puedo creer que el primer día de clase, ya vaya a llegar tarde.
La verdad es que no tengo muchas ganas de ir, nunca me ha gustado ser la nueva en un sitio que no me conoce ni dios, bueno si, el pesado de mi hermano Logan.
Por su culpa nos hemos tenido que cambiar de ciudad y venir a otro instituto, odio tener que dejar atrás a mis amigos Mike y Dilan, ellos son los únicos que me entienden y siempre están ahí cuando los necesito.
Tengo cierto miedo a que me rechacen por tener un aspecto algo masculino, pero no es que me haya importado mucho la opinión de la gente hasta ahora.

Al cabo de diez minutos esperando, Logan porfin aparece.
Sus preciosos ojos verdes se encuentran con los míos, con una mano se peina su cabello color castaño, puedo percibir que esta algo nervioso.

-¿Estas nervioso? Digo rompiendo el silencio.
-¿Yo? No. ¿Enserio vas a ir así al instituto? Dice mirándome de arriba a bajo.
-Sí, siempre visto así, no se de que te sorprendes.
-Joder Abie, vistiendo de esta forma pareces un chico.
- Y tu eres un capullo. Digo enfadada.

Cojo la mochila, el casco y salgo de casa.

-¡Eh, esperame! Grita Logan.

Bajo las escaleras y salgo del edificio, puedo ver la moto de Logan aparcada en el otro lado de la calle. Miro hacia atrás a ver si viene y efectivamente en cuestión de segundos lo tengo justo detrás.
No me hace mucha gracia ir en moto y encima con el, pero no me queda otra, es eso o ir caminando.
Me subo a la moto y rodeo mis brazos sobre su cintura, soy algo miedosa, así que me agarro con fuerza no me vaya a caer.

-Me vas a cortar la circulación. Dice burlándose.
-Esque conduces tan mal que me tendré que agarrar de algún sitio.
-Ya claro, ¿No será que te da miedo ir en moto?
-¿Que? No seas absurdo.

Durante todo el camino no volvemos a dirigirnos la palabra.
Estamos justo delante de un gran edificio, me quedo asombrada de lo grande que es, no puedo creer que vaya a estudiar aquí.

-Es súper grande. Dice algo asombrado.
-No pensé que sería tan grande.

De repente suena la campana que indica que tenemos que entrar a clase, me apresuro a coger la mochila, me despido de mi hermano y salgo corriendo en busca de mi clase, no me gustaría llegar tarde el primer día.

Entro al edificio, hay una señora sentada en su despacho atendiendo a los alumnos. Me acerco a ella con timidez. Ella me mira y sonríe.

-¿En que puedo ayudarla?
-Estaba buscando mi clase, ¿me podría ayudar?
-Claro, dígame su nombre y su apellido porfavor.
-Abie Thompson.
-¿Hace bachillerato, verdad?
-Sí. Asiento con la cabeza.
-Muy bien, su clase es la 420, está en el cuarto piso a la derecha.
-Muchísimas gracias. Le sonrió amablemente.
-De nada, pero corre que llegarás tarde. Me devuelve la sonrisa.

Me dirijo hacia el ascensor, todos los pasillos están abarrotados de gente, siento que todo el mundo me mira y se ríe.
Entro al ascensor junto con otras diez personas más, todos visten súper elegantes y yo en cambio voy en chándal.
Siento que todas las miradas se centran en mi, estoy súper incomoda. Lo único que quiero es que acabe el día y largarme a mi casa.
Después de largos minutos, consigo llegar al cuarto piso, también está abarrotado, consigo pasar entre la multitud hasta llegar al aula 420.

Una chica se me queda mirando con aires de grandeza, no puedo evitar mirarla con cara de asco, odio que me miren como si fuera un bicho.
Observo como se va acercando, su larga melena rubia se mueve de un lado a otro, sus preciosos ojos azules me miran fijamente.

-¿Tu eres el nuevo?
-La nueva. Rectifico furiosa.
-ay! Perdona con esas pintas pensé que eras un chico. Dice burlándose.
-¿y tu que eres? ¿La copia barata de la barbie? La miro desafiante.

De repente aparece un chico alto, que con una mano se toca su cabello marrón.
Me mira a los ojos extrañado, no puedo evitar quedarme embobada en sus preciosos ojos verdes esmeralda, son los ojos más bonitos que he visto en mi vida.

-¿Que pasa aquí, Emely?
-Nada cariño, estaba hablando con esta mocosa.
-¡No soy ninguna mocosa! Le grito.
-¡Emely ya! Entremos en clase.

Y luego no entienden porque no quiero ir con chicas, que asco de día.

NADA ES LO QUE PARECEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora