Nuestro San Valentin

Mis verdaderos sentimietos

Adrien Agreste, un chico de 25 años el cual es un famoso modero de Paris, terminaba sus labores diarias. El chico normalmente viajaba en limosina, pero esta ves decidió caminar.

El ambiente ese día, estaba lleno de amor, las decoraciones de parís, y las felices parejas las cuales habían en todos lados.

Despues de todo, ese día era 14 de Febrero.

El chico, aunque enamorado, Debido a su trabajo no tenia tiempo como para salir con amigos, y mucho menos para tener una novia.

Adrien sin darse cuenta, llego a una cafetería en la cual había fila por entrar

-Esto es, la panadería de los padres de Marinette,- El chico decidió hacer fila, esperando pacientemente

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Marinette Cheng, una joven aunque conocida Diseñadora de parís, decidió tomar su día libre para ayudar en la panadería de sus padres.

Su ajetreada agenda, no le dejaba salir mucho, así que otro día sin salir no era diferente para ella.

La chica se encontraba concentrada atendiendo rápidamente a los clientes que se encontraban ahí, mientras que ignoraba a un rubio que la observaba

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Después de un rato, el chico logro entrar, para su sorpresa, la atareada cajera que se encontraba ahí es Marinette, pero era mas que obvio que no había notado su presencia, Después de eso, Adrien pudo notar como una anciana se acercaba a Marinette.

-Las jovencitas como tu deberían estar con sus enamorados en estos momentos, -Decía alegremente la viejita dejando un canasto de pan

-Talvez tenga razón, pero el trabajo es primero –Marinette rio un poco ante la situación, mientras comenzaba a guardar el pan en una bolsa

-Acaso no tienes a esa persona especial? –decía picara la anciana

Adrien se intrigo por escuchar la respuesta de la Peliazul, la cual se sonrojo inesperadamente.

-Pues vera, a decir verdad me gusta alguien pero, no soy correspondida, quizás no sabe siquiera que existo –Decía riendo nerviosamente mientras le entregaba el pan envuelto a la anciana.

No pierdes nada intentándolo cariño, que tengas lindo día –La anciana pago el pan y lo tomo, para después retirarse, dejando pensativa a Marinette.

Marinette seguía atendiendo a los clientes rápidamente, Adrien opto por tomar pan y acercarse a la Peliazul.

-Buenas tardes, -Decía Marinette sin notar quien era

-Buenas tardes- Decía sonriendo inútilmente

La chica envolvió el pan, y se lo entrego al rubio, el cual lo recibió y pago.

-Que le valla bien-Decía Marinette sonriendo, para después seguir con el siguiente cliente

-En verdad eres distraída, Aunque me alegra poder verte de nuevo, bonito día Marinette –Decía el chico acercando su mano a la cabeza de la Peliazul, acariciando su cabello suavemente.

La chica observo inmediatamente a un rubio el cual sonreía para ella, causando un sonrojo en sus mejillas

-Adrien! –decía tartamudeando

-Disculpa la molestia, no fue mi intención, nos veremos luego, -acto seguido se retiró de lugar.

Marinette estaba más que dispuesta en seguirlo, pero no podía, tenía que seguir con su trabajo.