CONFUSIONES

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Me encuentro caminando en el largo pasillo de la mansión que llevaba a mi habitación. Ya a pasado una semana desde que Ayato-kun me sacó de la mansión de los hermanos Mukami, aunque la verdad no sabia como llamar a lo que Ayato-kun había hecho ¿fue un rescate tal vez? ¿Ir a la mansión de los hermanos Mukami para llevarme devuelta a la mansión con el y sus hermanos fue un rescate?
De inmediato deseche ese pensamiento, ya que, recordé que para los hermanos Sakamaki yo era una simple presa y eso me a quedado mas que claro, ya que, cuando estuve devuelta en la mansión con ellos comenzaron a beber de nuevo de mi sangre a pesar de que sabían que me encontraba anémica, fue como si no les importara en lo más mínimo en que estado me encontrara, siempre y cuando pudiera satisfacer su sed. Aunque, el único hermano que no tomo de mi sangre una vez que estuve en la mansión fue Ayato-kun,- la ultima vez que lo hizo fue en la misma noche que me sacó de la mansión Mukami, en el bosque-debió de haber bebido demasiada para no solicitar más sangre - además de que me encontré muy débil después de eso- No puedo negar que el saber el hecho de que para ellos soy solo su comida me duele porque, por increíble que parezca, les tengo un gran cariño.
O tal vez no sea cariño, tal vez solo es el simple hecho de que me e acostumbrado a su presencia. Si, de seguro es solo eso.
Pero... Ahí un hermano con el que de verdad me siento herida cuando me trata como si no fuera mas que un simple alimento.
Y ese hermano es Ayato-kun.
Con él me siento distinta, no siento lo mismo con los otros chicos. Cuando estoy cerca de él me pongo nerviosa, siento como un cosquilleo en el estómago, siento como mi corazón se acelera,-lo cual hace que fluya mas sangre- golpeando fuertemente contra mis costillas, y casi pudiera jurar que siento la fuerza, la velocidad y la intensidad conque la sangre recorre cada parte de mi cuerpo . Pienso en él casi siempre, y pensé mucho más en él cuando me encontraba con los hermanos Mukami. Cuando miraba mi cruz plateada. Porque después de que me pasara el incidente de Cordelia,-la madre de Ayato-kun, Raito-kun y Kanato-kun-mientras me recuperaba Ayato-kun me dio mi cruz, y la tuvo con él mientras su madre se apoderó de mi cuerpo y me la entregó cuando eso había acabado, ese pequeño acto de parte de él me conmovió. Pues me dio a entender- o tal vez eso intérprete- que en verdad le importaba.
No se como llamar a lo que siento por él . Si es que era un sentimiento.

Gire la perilla de la puerta de mi habitación y entré .
En este lugar me sentía mas segura, un poco libre, libre de toda preocupación, libre de no sentir miedo, aunque por mas reconfortante que fuera mi habitación no podía desechar mi mayor temor... Estar sola.
Aunque para ser sincera me sentía algo estúpida al sentir eso, debería de sentir protección de mi misma, preferir estar sola que estar con 6 sádicos hermanos vampiros con deseos de beber de mi sangre-aveces me ponía a pensar que me estaba volviendo masorquista-. Este pensamiento me hacía sentir un poco mejor y mal al mismo tiempo, eran sentimientos encontrados.
Me recosté sobre mi inmensa cama con mi ropa puesta, me encontraba demasiado cansada como para siquiera ponerme mi camisón, simplemente me recosté disfrutando del agradable silencio que reinaba en la mansión y lo cómoda que era mi inmensa cama.
Comencé a cerrar lentamente mis ojos con la esperanza de quedarme dormida, pero cuando estaba apunto de hacerlo sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo, ese escalofrío- que inicia desde mi espalda baja hasta llegar a mi nuca- que sentía cuando alguien me miraba, pero era un escalofrío demasiado intenso, lo que quería decir que alguien tenia su mirada fija y atenta en mi. Inmediatamente me incorpore en una de las esquinas de la cama y mire con atención en toda la habitación, de pronto, en una esquina obscura pude distinguir una silueta, aunque no sabia si me miraba, ya que no podía ver sus ojos-tal vez los tenia cerrados o tenía la vista fija en el piso- y en lugar de sentir miedo sentí curiosidad de saber de quien se trataba. La silueta se me hacia familiar.
Por un momento creí que nunca sabría quien era, hasta que observe como de entre la obscuridad centellaban dos grandes y hermosos ojos verdes. Brillaban como dos resplandecientes esmeraldas.
Inmediatamente supe de quien se trataba.
-Ayato-kun... - dije en un susurro
Él salio de su pequeño escondite y se dirigió a mi. Me miro fija e intensamente a los ojos, como si intentara buscar algo dentro de mi, mientras se acercaba.-Tenia una expresión que no pude deducir, me preguntaba que sentía y que pensaba en este momento-. Esa mirada suya me ponía de algún modo nerviosa... Aunque no me explico porque.
-¿Puedo sentarme?- me pregunto con total seriedad pero con un tono amable en su voz señalando la cama al lado de mi.
-Si, claro- la verdad no sabia que otra cosa decir, no supe si se lo dije por miedo a que si decía que no se molestará o porque de verdad quería que se sentara a mi lado. Pero me extraño que me lo preguntara, cuando él podría ya haberlo hecho.
Se sentó a mi lado, cerca ... De hecho, más cerca de lo que quisiera admitir. Tanto que nuestras rodillas estaban a muy escasos centímetros una de la otra.
-¿Que sucede Ayato-kun?- le pregunte con la mayor seriedad que pude para que no notara lo nerviosa que me ponía cuando estaba cerca de mi - No es que me moleste que estés aquí - al contrario, pensé - es solo que es algo raro verte aquí.
Lo noté muy serio y con la vista fija en sus manos con los puños cerrados sobre sus piernas, fue como si estuviera buscando las palabras para responder a mi pregunta.
-Es que- hizo una breve pausa- necesito preguntarte algo
-Esta bien. ¿Que es Ayato-kun?
Se quedó callado tan solo unos segundos antes de contestar:
-¿Como fue que terminaste viviendo con ellos?-me miro directo a los ojos.
Comprendí que con ellos se refería a los hermanos Mukami, Ruki-kun , Kou-kun, Yumma-kun y Asuza-kun .
La verdad no tenia muchas ganas de hablar de eso, pero menos quería discutir con alguien y mucho menos con Ayato-kun - yo sabia que si se molestaba conmigo seria capaz de hacerme daño-así que le conté con el mayor detalle posible como había pasado.
-Bueno... La noche en la que tuvimos el accidente en la limusina- cuando mencione eso Ayato-kun frunció el ceño- como no podía dormir fui a caminar por el jardín, cuando escuche voces, más bien eran susurros, y aparecieron tres chicos- Kou-kun, Yumma-kun y Asuza-kun - , los cuales inmediatamente supe que eran vampiros y comenzaron a acorralarme, sin pensar corrí directo a la mansión por el camino que me quedaba libre para perderlos, pero no estuve ni cerca de la puerta cuando el cuarto chico me impidió llegar- Ruki-kun - . Y de ahí no recuerdo más - noté como Ayato-kun tenía la vista fija en mi mientras escuchaba atento- después solo desperté en la sala de otra mansión estaba algo desorientada y confundida.
Aunque al principio no quería recordar todo aquello, me sentí bien al contárselo a Ayato-kun, tal vez necesitaba desahogarme de alguna manera con alguien, y me alegra que haya sido con él, ya que, es con el que e tenido más cercanía de todos los hermanos Sakamaki.
El silencio nuevamente reino en mi habitación.
Seguía confundida por el extraño comportamiento de Ayato-kun, no es que me molestará, es solo que estoy tan acostumbrada a verlo actuar de forma arrogante y orgullosa que no puedo evitar preguntarme ¿que habrá pasado para que haya decidido cambiar drásticamente su forma de ser? Tal vez no debería preguntárselo, ya que, creerá que lo estoy cuestionando. Pero a pesar de esto, aún no me quitaba de la cabeza ¿porque Ayato-kun fue por mi a la mansión de los Mukami? Y esta vez no pensaba quedarme con la duda así que, tomando aire y armandome de valor le dije:
-Ayato-kun- el únicamente me miro- ¿ahora yo puedo preguntarte algo?
-¿Que es? - me dijo, sabia que viniendo de parte de él eso podría significar un: "Claro preguntame lo que quieras", y eso lo supe porque el no era un hombre o mejor dicho: Un vampiro accesible. -¿Porque fuiste por mi? Es decir ¿porque me sacaste de la mansión de los hermanos Mukami?
Ayato-kun desvío la vista y se levantó bruscamente de la cama, por un momento creí que saldría de la habitación dejándome con la palabra en la boca, pero no sucedió. Al principio se levantó y me dio la espalda para después comenzar caminar de un lado a otro-de forma lenta- de la enorme habitación, se llevo ambas manos a la nuca mientras él mismo se alborotada su hermoso cabello rojizo, como si dudará si decirme cuales fueron sus razones o no. A pesar de que la habitación estaba totalmente obscura - la única luz que nos invadía era la hermosa luz de luna- pude ver su expresión, - estaba llena de duda y miedo, aunque no se porque - y me termine arrepintiendo. Ya no quise presionarlo a que me contestara algo que tal vez, era tan obvio y que tal vez yo ya sabia.
Lo único que pude hacer fue soltar un largo y cansado suspiró. Tenia que aprender a resignarme y a aceptar lo inevitable.
-Ya déjalo así Ayato-kun - él dejo de caminar y me miro, su mirada reflejaba una expresión de duda, confusión - creo que ya se cuales fueron tus motivos.
Me observó con la impresión reflejada en su rostro, lo cual me extraño- aún mas de lo que ya estaba-, ya que, se supone que el tendría que saber - al igual que yo- cuales fueron sus razones para hacer lo que hizo.
-¿A que te refieres? - me pregunto
-Me refiero a que no era difícil saber porque lo hiciste- él seguía me seguía mirando de una extraña manera como queriendo decirme "¿De que estas hablando?" - Querías lo mismo que los demás chicos
-N-No te entiendo - menciono algo irritado. Al parecer él no se conocía tan bien como debería.
-Me refiero a :Que al igual que todos querías recuperar a... Tu presa, tu alimento y te molesto que alguien más te lo arrebatara. Solo eso.
Él no era el único sorprendido y atónito, incluso yo me sorprendí al escuchar la palabra "presa" y "alimento" salir de mi boca, ya que, yo me estaba calificando con ellas - simplemente salieron como por una especie de impulso-, pero por más que me doliera era verdad.
¡Soy una presa!
Mis pensamientos fueron interrumpidos por una especie de gruñido que emitió Ayato-kun.
-No puedo creer que me hayas comparado con todos mis hermanos. De verdad eres tan estúpida CHICHINASHI!
Y el Ayato-kun que conozco volvió. Pero esta vez no me dejaría intimidar.
-Seria estúpida si esa no hubiera sido tu motivación. Si me hubiera equivocado y hubieras tenido otros impulsos que te hubieran llevado a hacer eso. - Le conteste, no molesta, pero si desafiante y - creo que por primera vez desde que llegue a la mansión - segura de mi misma - O corrígeme si lo soy... ¿Fue ese tu motivación o no?
Él no contestó únicamente me miro con unos ojos furiosos, yo solo lo mire seria, viendo sus hermosos ojos verde esmeralda para tratar de descifrar lo que me ocultaba. Ambos nos mirábamos directo a los ojos hasta que dejo de mirarme.
-Tsk- chasqueo la lengua mientras me daba la espalda.
Sabia que era inútil tratar de razonar con él l, ya que, era muy testarudo y cuando decía algo no podías contradecirlo , así que decidí ir al baño a tomar una ducha para tratar de aclarar un poco mis ideas y de paso aprovechar para ponerme- ahora si- mi camisón - no pensaba ponérmelo estando con él en mi habitación-.
-Ahora vuelvo - le dije mientras tomaba mi pijama y me dirigía a la puerta, cuando estuve a punto de salir su voz me detuvo.
-¿A donde crees que vas? - me hablo con voz de superioridad y autoridad.
-A tomar un baño si no te importa- le conteste de forma indiferente mientras lo miraba de reojo.
-Esta bien- lo dijo de tal forma como si me estuviera dando permiso, únicamente me limite a asentir y salí cerrando la puerta detrás de mi y dirigiéndome al baño.

Un Sádico Y Peligroso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora