No hay luz, sin oscuridad.

El secreto

1991, Mansión Malfoy.

-¡Es que no es justo! -Lucenday Cissy Malfoy habia aumentado drasticamente el volumen de su voz y se podia escuchar claramente que hacie grandes esfuerzos por no soltarse a llorar.

-Que desgracia la vida no es justa, tu iras a Beauxbaton, por que así lo hemos decidido y punto. - La niña salio corriendo al mas estilo dramatico con su hermano de tras de ella. Narcisa luchaba con todas sus fuerzas por no caer ante la tristeza de su hija y repetia a si misma que era por el bien de la niña, sospechaba que si Lucius se hubiera encargado de darle la notica hace mucho que hubiuera sedido antes las suplicas.

La carta de aceptacion de Lucy en el colegio de Howgarts de magia y hechizeria habia llegado hace unas horas y con ella la guerra en la mansión Malfoy habia estallado. Narcisa habia decidido que no valia la pena retrazar mas la noticia despues de todo su pequeña hija sufriria mas si seguia haciendose ilusiones, la rubia no esperaba un buen recibimiento de la noticia pero tampoco imagino que le costaria tanto, no solo le estaba rompiendo el corazón a su pequeña, si no que tambien su hijo parecia mirarla con desepcion rayando en rencor conforme les iba explicando la situacion.

Ya habian pasado tres semanas, desde que la bomba habia estallado, en las cuales su hija habia montado una especie de huelga negandose a salir de su habitacion y su hijo habia reducido su vocabulario para dirigirse a ella "Si madre" era todo lo que habia oido salir de los labios de Draco y por si fuera poco habia tenido que soportar todo aquello ella sola. Su esposo habia tenido que hacer un vieaje de negocios y su cobarde amigo no se habia parado en la mansión desde que le comunico que Lucy ya sabia la noticia.

Mientras en el otro bando de esta quequeña riña familiar Draco se dedicaba a consolar a su hermana o por lo menos lo intentaba.

-Por favor Lucy, para de llorar - Los pequeños hipos de la niña era la unica respuesta que obtenia el rubio a sus palabras, ya no recordaba cuantas veces ese dia su hermana se habia puesto a llorar de la nada recordado lo que le esperaba terminando el verano. - La cara se te esta poniendo roja y lo ojos se te han hinchado como sapos, te ves horrible.

La niña llevo las manos a su cara asustada deteniendo el llanto de inmediato y Draco supo que picar su lado vanidoso habia sido una buena idea. Dejo salir un pequeña risita y Lucy le golpeo con un almohadon.

-¡Eres un grosero! -La niña le regaño un poco divertida a su hermano. Draco podia llegar hacer un poco insoportable y egoísta, pealaban muchas veces compitiendo por ser el mejor en cualquier tonteria que se les ocurria, pero siempre al final su hermano no podira evitar ser cariñoso y protector con ella. Eso era lo que mas le dolia de irse a estudiar a otro pais, que le alejaran de su hermano, de repente sus ojos se volvieron a llenar de lagrimas y ella se lanzo hacia Draco para abrazarlo fuertemente.

-No tengas miedo - El sabia lo que su hermana estaba sintiendo sin siquiera preguntarselo. -Yo te prometo que, si no econtramos forma de que te quedes, yo me ire contigo Lucy.

-Pero Draco... - La niña le miro sorprendida con sus ojos violeta enrojesidos de tanto llorar.

-Pero nada, lo prometimos ¿Recuerdas? - La niña solo le indico que si con con la caebeza.

-Siempre juntos - Dijeron al mismo tiempo que enlazaba sus pequeños dedos meñiques recordando ambos el origen de esa promesa.

Era un dia por la tarde estaban juagando en los limites de la Mansión, sin percatarse que un grupo de hombres les observaban del otro lado del riachuelo que marcaba el fin de las proteciones magicas, Draco y Lucy a penas tenian 6 y 5 años respectivamente. Los hombres que vigilaban la masión en realidad eran magos resentidos con el veredicto final que habia salvado a Lucius Malfoy de los juicios de la primera guerra , cuatro de los seis hombres que ahí se encontraban habian perdido parte de su familia y planeaban hacer pasar por lo mismo a el ex-mortifago.