Parte única.

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Desde mi punto de vista, esto era una carta ¿cómo se convirtió un mensaje de declaración para mi querido Oh SeHun?

Dicen que el amor que más merece respeto siempre será el primero, porque fue quien te enseñó cosas nuevas, con el que experimentaste cada sentimiento así fuera el peor o el mejor. Mi madre solía decir que sólo se ama una vez en la vida, pero como en algunas cosas, mamá se equivocó.

Era inicio de año occidental cuando descubrí que las personas rotas podían repararse. Suponía ser el mismo sentimiento que se tiene cuando haz armado una torre de mondadientes tu solo, el mismo al terminar tu tesis y sonreír porque finalmente habías encontrado ese tipo de paz y satisfacción al verlo completado. Sólo que, a diferencia de que fuese algo meramente material y sin vida, la emoción era aun más grande sabiendo que lo que estabas logrando era armar por pedacitos un corazón. Y no es que mi ego esté atacando mis dedos al redactar esto, es que algo muy dentro mío dice que hice un cambio: pequeño o grande ¿importa? Tampoco es como si en año nuevo las cosas siempre renovaran en segundos.

Me enamoré de una persona cuando yo mismo tenía el corazón roto, me enamoré de esos engrandes sucios y oxidados que no querían seguir girando, del aroma a tabaco entre sus dedos y la forma tan suave de su cabello. Gusté de cada parte de su piel acariciándola sin que me descubrieran y admirándola observando una que otra cicatriz que me parecía curiosa. Me encontré contando sus pestañas un momento mientras nos mirábamos y juré que había tenido una cuenta exacta; al paso de los días me vi encantado de su manera de hablar, la forma de caminar y de los besos que escondía en la comisura de sus labios. Era excitante tenerlo sobre mí mirando mi rostro de la misma forma en que yo lo miraba hablar... sí, enamorado. Pero por si fuera poco, el día que menos pensé estar molesto con él y que estuve teniendo la coqueta idea de suicidarme, un beso, una sola palabra y una mirada donde me explicaba detalladamente el porqué me quería hizo que entendiera que no sólo era una emoción del momento o la sorpresa de sentir un Big Bang en el estómago, sino, esa calidez cuando uno se siente amado.

Volviendo a las banales charlas de mi madre y contrariándola, el primer amor merece respeto, es verdad, digo ¿Quién te tiene que romper el corazón la primera vez para aprender? Pero, para mí, el segundo amor es el que merece ciertos honores que por ningún motivo se le deben de dar a otro, porque si bien era cierto que el primero te enseñaba, el segundo te renovaba la lección.

Mi segundo amor me está enseñando y accede a lecciones pasadas pero mejoradas y maduras, sin errores y tropiezos para llevar una vida absolutamente más sana. Mi segundo amor huele a café y cigarro en todo momento, y si me lo preguntan, es el aroma más exquisito que el de un perfume francés, tomando en cuenta que son mis favoritos. Este hombre al que amo, me enseñó tres valiosas lecciones que difícilmente veo olvidar.

Uno, la solución para el llanto es más llanto. ¿Me explico bien? Si lloras sin razón jamás obtendrás ni tu satisfacción, ni desahogo, si lloras por sentimiento fiel lo más seguro es que dejes de llorar, que aprendas que por algo pasan las cosas y luego a calmarse. Es de humanos equivocarse, caer, querer quedarse tirado, pero también es el querer seguir, avanzar, amarse y valorar cada esfuerzo que hacemos por seguir con vida, aun si es con un corazón roto y lágrimas en los ojos, llorar no es malo, llorar lo hacemos todo el tiempo, incluso en silencio, lloramos por desahogo, lloramos por necesidad.

Dos, amar no tiene un tiempo definido. Hoy podrías conocer a alguien y mañana amarlo, muchos piensan que tal vez por eso es que estamos mal, porque no es posible, pero oh señores ¡es totalmente posible! Mi querido hombre me enseñó que no hay ni una pizca de cordura cuando necesitas besar a alguien, no es necesidad, es pasión y cuando la pasión te lleva de la mano, simplemente amas y sí, es sincero. Sobrevaloramos la palabra amar porque los humanos estamos hechos de dramatismo total, un "te quiero" se siente muy poco y un "te amo" es la máxima capacidad para un sentimiento, pero ¿Y si yo lo quiero un día y al otro lo amo? ¿Entonces también está mal? Realmente él me enseñó que lo amaba desde que lo conocí, desde que me dejó ver ese lado vulnerable que todos protegemos y el mismo que yo le mostré cuando recién nos conocimos.

Tres, sexo. Mi falta de contacto humano se hacía presente y me mantenía en un estado de alerta porque ante nadie me veía "bien" ni si quiera "guapo" y me frustró a ese punto de no sentirme deseado. Pero entonces viene este hombre de mirada seria, que observa y toca cada parte de mi como si fuera su máxime logro, el objeto más valioso, y aunque me dejó en claro que no soy un objeto, a veces mi dramatismo como ser humano me hace pensar que realmente soy una joya, entonces el sexo es tremendamente impresionante. No nos cansamos, no tomamos tiempos ni turnos, no esperamos a respirar, ni nos detenemos a charlar, es decir, podría estar haciendo el amor con él y hablaríamos de nuestros planes juntos... el sexo no necesariamente es satisfacer al cuerpo, es llenar de felicidad todo tu ser.

Y teniendo en cuenta estos aprendizajes a tan corto tiempo de relación es cuando me pregunto ¿es realmente este hombre quien me sanó? ¿Estoy dependiendo de su amor? La respuesta debería ser como en esos exámenes universitarios: cincuenta, cincuenta. Definitivamente mi novio me dio las perfectas armas para ser feliz, para amarlo, para entenderlo y aceptarlo con defectos que para mí son tal vez sus virtudes. Pero si sané también hubo fuerza de voluntad ¿A quién le gusta verse destruido? A nadie, yo sólo tenía como objetivo hacerlo feliz y en el proceso gracias a él y a mi (me refiero a mi porque él me levantó) estoy en ese punto exacto de querer todo, absolutamente todo con él.

A este punto llegamos... ¿Es necesario sobrevalorar el primer amor?

El primer amor es un recuerdo.

El segundo, en definitiva y a mi parecer, es el mayor logro como persona y humano errante calificado como sanador en todos los aspectos, que en la vida de una persona debe ser totalmente el señalado con respeto. Con admiración y justa aceptación...

Mi segundo amor no significa una alternativa, ni la segunda oportunidad de la vida, mi segundo amor significa que pude volver a amar, a soñar, sentir y sonreír por una persona a la que no creía desde el segundo de conocerlo, pero al minuto, me hizo creer otra vez en el amor.

Lo amo... podría dudarlo cualquiera, pero no él, porque estoy seguro, de que él también me ama, tanto, como yo, quien piensa que aunque no haya sido el primero, seguro será el último.

SeHun, quiero ser tu primero, tu único, tu por siempre, el amor de tu vida.

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Con todo el amor que merece Leonard...

Por parte de un tonto enamorado, un fan, su sombra: Jared.

Querido Valentín »SeXing;OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora