Algunos pueden llamarlo la calentura de momento, otros lo consideran situaciones de poca importancia y los más románticos lo llaman el destino.¿Acaso no son variadas las opiniones que cada persona tiene de un beso?
Pero si hay algo que tiene en común los besos es que todos son dulces, dulces como el chocolate.
~*~
— Hae, ¿Me puedes explicar que hacemos en el cuarto de tu hermana? Este lugar me da escalofríos. — Lee HyukJae estaba recostado en la colcha rosada de mi hermana lanzando desinteresadamente una pelotita al aire.
— 2 palabras: exámenes finales. — Ni siquiera despegue la vista de mis apuntes para contestarle.
— Deja de estudiar, no es como si alguien se atreviera a robarte tu preciado primer lugar. Además no me contestaste la pregunta
— Cállate y déjame estudiar ¿Quieres? — Bufo como respuesta mi mejor amigo. La verdadera razón de estar en el cuarto de mi hermana era para evitar exactamente esto, el que HyukJae no estuviera desconcentrándome en un dos por tres.
¿Quién me obligaba a tener al inquieto HyukJae como amigo? Nadie, pero aun así lo seguía conservando. Fije mi concentración en mi libreta de nuevo haciendo que los sonidos se volvieran un lejano eco.
"La creatividad es la fuente primera de toda..."
¡Poing, poing, pom! La pelota rebota. Hyuk ríe estruendosamente. ¿Lejano eco? Pfff, boberías, con el nada era silencio
"...actividad artística y expresiva. A través..."
Tam, tam, tam ¿Por qué los pasos del cara de mono suenan más fuertes de lo usual? Tal vez porque el piso es de madera y resuena más. ERROR. Hyuk no camina, él marcha.
No puedo estudiar, no con él en la misma habitación
"...de ella se plantean las ideas, reflexiones y análisis..."
— ¿Dónde estará esa jodida pelota?
Y es su voz la gota que hace derramar el vaso.
— ¡¡Hyuk!! ¿Qué acaso no puedes mantener tu pico cerrado y tus manos quietas por una hora? ¡Necesito estudiar! — Estoy exasperado. Me levante del asiento del escritorio para parecer más amenazador pero no esperaba encontrarme a el pelirrojo con medio cuerpo debajo de la cama. — Hyuk, ¿Qué haces?
— ¡Hae, Hae, Hae! Encontré algo co— Tanta es su emoción que se da un cabezazo contra la cama, rio por sus ocurrencias. — ¡Mira! — Con una mano acaricia su golpe y con la otra me enseña un lápiz labial. Lo dice con los ojos brillando de un niño a quien le acaban de regalar un juguete.
— Un cosmético ¡Wow! No lo puedo creer. — Mis palabras son lo contrario a mi expresión ¡Oh dulce sarcasmo!
— Es de chocolate. — Lee en la etiqueta para luego destaparlo.
— Mono tonto, no es de chocolate, que aparente por su fragancia y aspecto café no lo hace de chocolate, le dicen así para distribuirlo.
— Hae, se de lo que hablo, es puro y rico chocolate, así que abre esa boca de pez y confía en mí.
Es ese "confía en mí" que me hace relamer mis labios y arquear mis cejas a la espera de que haga su cometido. Debo de ser un estúpido por ceder a sus peticiones.
A mis 20 años nunca espere que algún día tuviera a mi amigo colocándome lápiz labial de niña, pero aquí estoy, y tal como dice él "nunca digas nunca".

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Besos con sabor a chocolate
RomantikLos besos son todos diferentes, pero si hay algo que comparte todos ellos es que son dulces, dulces como el chocolate