XIV

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YOONGI

La molestia como sentimiento único no albergaba todo con lo que mi cabeza se estaba atormentando, necesitaba una forma de deshacerme de esta cosa que me estaba enfermando, que no me dejaba dormir y que ni siquiera me dejaba redactar las letras en mi "paz" usual/inusual. No solo necesitaba alejarme un poco de Taehyung, tenía que dejar de necesitarlo, de buscarlo, de mirarlo y de buscar su bienestar por encima del mio. Estaba tan harto de mí mismo, de esta bondadosa responsabilidad que no sé de donde había surgido. No podía controlarme en absoluto cuando se trataba de él, no me apetecía dejarlo solo, no me gustaba verlo sofocándose en una falsa alegría, no me gustaba saber que había algo tan malo con nosotros como grupo por no poder ayudarlo. Me costaba entender esto que pasaba conmigo, porque tenía la sensación de que sería una cosa efímera, que no serían mas que un par de días haciendo lo mismo... pero los lapsos cortos cada vez parecen alargarse torturando mi paciencia. Ignorando los golpes brutales de la verdadera razón de mi compasión por él, continuaba aislándome con él en la helada habitación que, técnicamente, comenzamos a compartir por cosas tan simples como dormir en el mismo espacio más de dos veces por semana. Porque sí, aquella rata escandalosa, me estaba comenzando a llamar la atención de una manera más allá de lo amistoso. Verlo dormir, escucharlo hablar incoherencias, sentir sus brazos rodear mi cintura en los conciertos, simplemente pasar tiempo con él se estaba convirtiendo en mi tortura personal. Tan fascinante como la aurora* reflejada en las nubes de toda la ciudad.

Recogí las hojas que habían estado en mi escritorio hace un rato, que ahora gracias a un talentoso y torpe ser humano se encontraban regadas por toda la habitación. Estaba demasiado cansado, demasiado asustado del entendimiento de mi estado limerico*, las últimas noches no había podido dormir por muchos motivos. El más frecuente tenía que ver no solo con un sonido, abarcaba tales sensaciones que hasta consideraría ridículo el clasificar esas experiencias como sueños. Vivía dentro de mi inconsciencia tan "real" que no podía apreciar mi vida real con el mismo acogimiento. No me apetecía el pretender que lo odiaba para negarme que significaba algo más para mí. Pero tampoco es como que cada que lo viera fuese tan obvio como para que se diese cuenta de que me llama la atención. Al menos creía estar actuando discretamente <ya no más "mi propiedad">.

No podría decir jamás con exactitud lo que creo sentir por él, ya sea un enamoramiento, un capricho o una responsabilidad. Porque no puedo fiarme ahora de mi propio juicio. Me agrada estar con él, verlo jugar videojuegos con Jungkook, Jimin y Hoseok, me divierte su forma de ser conmigo en el escenario y con los demás diviertiéndose a la par que derrama talento al presentarnos al público. Siempre siendo inocente y honesto con todos, notando detalles pequeños que alegran la vida de cualquiera. Es algo que, jamás en mi vida, cambiaría de su personalidad. Pero me sofoca de una forma casi atemorizante esta densa niebla que aparece en mi ambiente cuando le veo sonreír con la tristeza opacando su mirada, con la pesada carga que lleva guardando donde puede. No puedo respirar y por ende no puedo vivir sabiendo que no todo esta armonioso como debería.

<¿Qué es lo que estoy haciendo mal como tu hyung, Tae?>

Me senté en la esquina de la cama que quedaba de frente y más cerca al escritorio. Dejé las hojas sin acomodar sobre este y me recosté en la cama, sin intenciones de dormir, sin ganas de trabajar, sin energía de laborar un segundo más la madrugada de hoy. Tan solo el hecho de que su nombre cruzara por mi cabeza me llevaba a cientos de preguntas, a tantas hipótesis, a tantas cosas inconclusas que me consumían de no entenderlas. La mayoría de mis incertidumbres tenían que ver con Jungkook y Tae siendo algo, algo como lo son Jimin y Hope. Algo que no me importaría. No... <¿verdad?>

Me levanté segundos después de haber escuchado que tocaban la puerta de mi habitación, tratando de no abrir la puerta, porque no me apetecían interrupciones madrugadoras, al final solo cediendo a la oscuridad interrumpida del pasillo por una franja blanca. Al abrirla pude ver una sombra dirigirse a la cocina. La tenue luz que salía de esta me dio la posibilidad de observar a quien había dejado aquel plato de comida y una botella de agua en el piso justo frente a mis pies. Levanté la bandeja y entre de nuevo cerrando la puerta con cuidado tras de mi. Tomé asiento en mi cama aún con la comida en mis manos y suspire. No de una manera molesta por esta compra a mi perdón, sino que fue más como un suspiro de desesperación, e incluso de ansiedad concentrada y preparada para sumergir la tranquilidad hasta matarla. Tratando de serme un poco honesto <para variar> , me saturaba la emoción del saber qué se sentiría estar lo suficientemente cerca de Taehyung como para contar cada de pestaña de sus ojos. Aterrado de la sencillez de estas ideas.

The Way I Love You | myg.kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora