Existen historias de todo tipo: tristes, alegres, llenas de misterios y hasta de aventuras, con toques de comedia y románticas incluso.
Pero, ¿saben algo? Mi historia alguna vez fue muy feliz. A pesar de encontrarme fuera de lugar y entre personas que no me llamaban para nada la atención, vacías, superfluas y banales, yo, Kishibe Rohan, el mejor mangaka del mundo, cometí lo impensable.
Lo inimaginable.
Me enamoré.
Y me enamoré de la persona más noble y fuerte del mundo, dura como un diamante, pero con un corazón enorme, tan cálido...
La única persona que me podía hacer sentir--- vaya, este es mi lado cursi. Asco.
Sí, me da vergüenza admitir que me enamoré... y lo peor es... de quien...
Pero, ¿cómo no tomarle cariño luego de tenerlo todas las tardes molestándote? Distrayéndote... con esa manera de ser tan... ruidosa... temperamental... la forma en la que se arrugaba su frente cuando le decías algo ofensivo sobre su cabello o la risa tan explosiva que lo invadía cuando escuchaba algo gracioso. Sus cejas perfiladas, mismas que podían arquearse de sorpresa cuando le contaba alguna idea para una historia nueva. Su sonrisa contagiosa. Lo marcado de sus músculos cuando posaba para mí.
Y odié a Josuke Higashikata por ser él.
Y precisamente por ser él, me enamoré de manera inevitable, como un adolescente... y me correspondió. Me dijo que él también estaba enamorado de mí.
Posteriormente nos entregamos en cuerpo y alma y todo eso.
...no les importa esa parte, la verdad.
Nuestra historia era feliz y hermosa. La historia más bonita del mundo, dijo alguna vez Josuke, con una sonrisa enorme, luego de hacer el amor.
¿Cómo le respondí? Con una carcajada que aparentaba ser sarcástica. En el fondo, yo también pensé que era la más bonita del mundo. La más hermosa, la más perfecta y brillante.
Decir mis sentimientos nunca fue algo que me distinguiera, mas... Josuke sabía. Y con eso tenía suficiente. Con eso y con que me correspondiera.
Luego de que creció un poco más, decidió partir a la Academia de Policía y no regresó a la casa de su madre.
Fue entonces cuando comenzamos a vivir juntos.
Me sentía pleno.
Mi vida era plena.
Sin embargo, los humanos tenemos un defecto y es la capacidad innata que poseemos para echar las cosas a perder.
Un día, nuestra paz se vio perturbada de una manera tan repentina que apenas nos dimos cuenta. Las palabras y nuestros orgullos se interpusieron entre nuestros sentimientos; Josuke comenzó a ausentarse cada vez más de casa, absorbido por un trabajo secundario y temporal que tenía que ver con la Fundación Speedwagon.
Le aseguré que sólo querían al hijo de Joseph Joestar.
Me aseguró que lo necesitaban a él. Y a Crazy Diamond.
Traté de usar a Heaven's Door y sólo supe que cierto diario estaba involucrado. ¡Por supuesto! El diario que había reparado días atrás.
Le pertenecía a un tal Dio, ¿tal vez? ¿Para qué quería la Fundación un diario de un hombre con delirios de muchacha puberta?
Más palabras convertidas en gritos, más reclamos convertidos en gemidos, más gemidos convertidos en llanto y al final, Josuke azotando la puerta, ante el reclamo de que necesitaba tiempo para trabajar, para dibujar pues la entrega del manga se acercaba.
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Sweet dreams (are made of this) -Jojo's bizarre adventure-
Fanfiction¿Serán los sueños manifestaciones de deseos reprimidos o ecos de vidas anteriores? Cada noche, Kakyoin Noriaki tiene pesadillas tan reales como para hacerle creer que alguna vez vivió lo soñado; al despertar, el tedio y la rutina le hacen pensar qu...