Capítulo XXXIV: Avanzando en la oscuridad

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Era Buccellati el que se empapó de sangre su ropaje albo.

Era Buccellati quien miraba confuso a Mista, con el arma aún en su mano temblorosa.

Era Buccellati quien bajó la vista para mirar su pecho empapado de sangre y quien se llevó la mano al pecho, confuso, con temor.

Era Buccellati quien se dejó caer de rodillas en el suelo y preguntó:

–M-Mista... ¿qué... qué pasa?

El joven castaño negó con la cabeza y retrocedió un paso.

–...Buccellati... no... ¡no! ¡Fue un accidente! ¡El stand...! –El joven herido cerró los ojos y se dejó caer en el suelo. Mista corrió y lo tomó en brazos, mientras que Narancia comenzaba a cubrirlos.

–¿¡Qué sucedió?! –Preguntó con voz temblorosa e impactada. Trató de colocarse el visor de manera correcta, pero sus estremecimientos se hacían cada vez más constantes.

–... ¡Te juro que le disparé a esa cosa, Narancia! –Decía Mista, con los ojos inundados de lágrimas. –¡Y de pronto---!

–...y-yo no estaba aquí... e-estaba... buscaba... –Tomó aire desesperado. –A-Abbacchio...

–NO TE ESFUERCES. –Ordenó Mista. –N-necesitamos irnos ya...

–...y-yo... los sacaré... –Susurró, manteniendo los ojos apenas abiertos.

–WHO KILLED BAMBI. –Dijo el castaño con voz atronadora. Incluso el ruido del fragor de la batalla pareció atenuarse, los zombies se detuvieron y cayeron como rocas al suelo.

–Cuidado. –Indicó Polnareff sin ver aún a Buccellati herido. –King Crimson puede aparecer en cualquier--- Buccellati... –Se arrodilló a su lado, con la faz pálida, sudorosa y preocupada. –Oh, ¡no puede ser! Nom de Dieu!!! –El joven herido cabeceó y quedó inconsciente. –¡NO! ¡NO TE MUERAS AQUÍ, CARAJO! –Lo alzó en brazos y quiso ir a la salida pero...

¿Dónde estaba la salida?

Y precisamente todos se sobresaltaron al escuchar una voz gruesa decirles: –Oigan... ustedes...

Se pusieron en guardia y resguardaron a Buccellati ante la presencia de un hombre trajeado con cabello rubio ceniza, muy largo. Tenía un gesto extrañado en el rostro, muy extrañado y escoltaba a Abbacchio.

–... ¿Vanilla? –Preguntó Mista, con asombro. –SÁCANOS DE AQUÍ, POR FAVOR.

El hombre se puso un dedo sobre los labios y bajó la voz: –De prisa, síganme.

Caminaron por el salón y cuando llegaron a la parte que estaba debajo de las escaleras, Vanilla tocó una parte hueca y accionó una palanca.

Era un pasadizo secreto.

Metió a todos en el escondite y dijo: –Caminen. No tienen mucho tiempo. El señorito Haruno me pidió que los sacara de aquí y vine por ustedes.

–¿Qué está pasando? –Preguntó Mista, mientras apuraban el paso. –Zombies, sangre, destrucción... de repente esto es una película muy mala.

–Ni siquiera las películas malas tendrían algo así. –Bufó Fugo, tratando de no alterarse más.

–No lo sé. –Explicó el hombre, con seriedad. –De pronto... el señor Dio dijo que la empresa entraría en paro y---

–¿¡QUÉ?! –Mista frenó en seco. –¡NO PUEDE SER POSIBLE!

–Nos dio vacaciones indefinidas a todos. No me puedo ir. El señorito Haruno---

Sweet dreams (are made of this) -Jojo's bizarre adventure-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora