Un San Valentin Morado-One shot wigetta

One Shot

Espero que les guste y recuerden Votad y Comentad! Si les gusto ;3

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Era 13 de febrero, una mañana helada y ajetreada en Barcelona, un día y toda la gente olvidadiza, o quizás sin tiempo estaba comprando regalos para quien podría ser un amigo, familiar, o de quien estás perdidamente enamorado.

Entre ellos estaba Guillermo, youtuber, 22 años, actualmente un largo noviazgo en secreto con su compañero de piso.

En resumen, el pobre des avispado no había comprado un regalo para él, ambos tenían la costumbre de envolver algo en el color favorito de su novio, Morado, bendito color que amaba el mayor, Guillermo siempre compraba con anticipación, le encantaba ponerle dedicación a cada regalo que era para él, para Samuel.

Decidió partir, las llaves de su auto se encontraban en el mesón de la cocina, y ahí estaba el tonto las tres jugando con un efecto en la cámara que lo hacía parecer un mono, el simplemente saludo y sonrió ante su tontería, el mayor corto la grabación y se sorprendió al ver la cara de Guillermo, estuvo el día encerrado en su habitación, preparando videos, o haciendo sus tonterías.

— ¿Y tú a dónde vas? — pregunto Samuel

— ¿A ti qué te importa? — reprocho el menor

— Me importa que salgas solito —y lo tomó pícaramente por la cintura para depositar un beso en los dulces y delicados labios del menor

—Cállate— dijo sonrojado — y quiero tomar aire fresco, debo comprar un par de cosas.

— ¿Te acompaño? — dijo Samuel siendo ligeramente tierno

— Si quiero aire fresco es porque no quiero que vayas conmigo— bromeo el peli-negro

— Pero Willy, casi ni te he visto — mencionó haciendo pucheros

— Lo siento Samuel, pero de verdad quiero salir — dijo y dejo un tierno beso en la mejilla del mayor — Te amo tonto

— ¡Adiós! — le despidió Samuel

De la que se había salvado, Samuel siempre es muy apegado, curioso, no es que no le guste a Guillermo pero prefiere que este se aleje para poder tener algunas cosas en secreto, que no está mal.

Encendió el auto, recordó que en unas calles había un pequeño kiosco lleno de chucherías, seguro tendrían flores, chocolates, y todas esas tonterías.

Estaciono en una de esas esquinas, bajo tranquilizado de su automóvil, y por ahí se podía divisar a dos ancianas conversando entre susurros, y riendo.

— Hjm — tosió llamando la atención de ambas

— Buenos días, dígame que necesita — dijo amablemente una de ellas

— Ve-vengo por regalos pa-para san Valentín — tartamudeo el peli-negro.

— Claro romeo, apuesto que a su novia le encantaran todas estas cositas — dijo señalando todos las chucherías que poseían — Apuesto que ustedes se divierten mucho.... Juntos... No sé si me explico, poseemos mucha lencería romántica.

El menor sonrojado, rio ante su comentario, si, si se divertían juntos, pero no precisamente era una chica — En... no sé cómo decirlo, pero yo no tengo no-novia.

— ¿Una amiga? También eso...— dijo y el la interrumpió

— Te-tengo no-novio — menciono tímido con cabeza baja.