Capítulo 1

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¿A dónde ir, si estoy sola?
¿Cómo ser perfecta para los demás?
¿Cómo cambiar el destino?
¿Alguien nació para sufrir?
¿Yo nací para sufrir?

Estoy sola en casa, casi siempre estoy sola, mi padre es contador público, uno muy bueno, y muy importante, por cierto, mi madre, bueno, ella nos abandonó cuando yo sólo tenía 5 años, mi papá dice que se fue con su amante, pero yo no le creo, tampoco es que pueda defenderla mucho, no recuerdo demasiado de cuando era pequeña; bueno, desde que mamá se fue de casa, mi padre ha tenido que cuidar de mí.

Digo ha tenido, porque para él no significo más que un estorbo, sólo me mantiene porque quiere mantener su imagen de padre perfecto ante la sociedad, si supieran, que él es un alcohólico.

En la escuela también estoy sola, no es que sea muy bonita y sociable, así que sólo tengo un amigo, que por cierto es gay, no sé que haría sin él, siempre me apoya y escucha, es lo único que tengo y bueno, creo que él ha pasado por situaciones similares a las mias, él también es rechazado, sobre todo por su familia, bueno, su madre, su padre murió cuando fue a la guerra, porque era un soldado.

De mí no hay demasiado que decir, me gusta el terror y las cosas tétricas, también me gusta leer, escribir, estudiar, las rosas negras, odio lo cliché, las mentiras, la gente hipócrita o engreída, la gente egocéntrica, amo los gatos, me gusta el anime, me gusta el kpop, el rock metal y sus derivados, el dupstep, la electrónica y creo que ya, ah, y mis colores favoritos son el rojo, el negro, el amarillo y el azul agua.

Soy una persona tímida, no me gusta salir demasiado, tampoco soy popular, ni mucho menos sociable. Soy rubia, de cabello por debajo de los hombros, no soy muy delgada, soy talla 36, estoy obesa, lo sé, pero la comida no la cambio por nada, tampoco es que me angustie demasiado mi peso, a veces; mis ojos son color miel y me gustaría tener una vida normal como los demás.

Por si se lo preguntan, soy bastante optimista, hasta cierto punto, claro, siempre que quiero llorar me reprimo a mi misma y trato de no romper en llanto, odio que me vean llorar y sientan lástima de mí, siempre que alguien me lástima lo dejo pasar y pongo mi mejor sonrisa falsa, bien dice el dicho 'Si la vida te da problemas, sonríele', siempre hago lo mismo, aunque aveces es muy complicado, aveces sólo quiero llorar, romperme, estar sola, huir, aveces solo quiero desaparecer, pero sé que sí me esfuerzo puedo salir de todo esto y con mi frente en alto seguir adelante.

Sigo hundida en mis pensamientos, mientras observo por la ventana de mi habitación como el porche rojo de papá se estaciona en el garaje, sé que hoy tal vez también llegue mal humorado y empiece a tomar, ya dejé la bebida sobre la mesita de centro que está en la sala, para no tener que bajar y verle la cara, de verdad mi papá es bastante agresivo cuando se molesta, además hoy no estoy de ánimo para ser su saco de boxeo, tampoco quiero ser hoy su objeto.

Escucho la puerta de entrada cerrarse de un portazo, sé que ya está en casa, no quiero verlo, tengo miedo, siempre estoy tratando de hacerme la fuerte, con una sonrisa en el rostro salgo día a día al mundo, a pesar de todo lo que me ha pasado, pero hoy sólo quiero aislarme y llorar, llorar a más no poder, me recuesto en mi cama y miro el techo, estoy a punto de dormirme, estoy en exámenes y no he podido descansar como se debe, pero el sonido de pasos en la escalera me altera, él está subiendo y tengo miedo, no quiero seguir con esto, es difícil para mí.

Los pasos se acercan y mi corazón late rápidamente y con mucha fuerza, siento un retortijón en mi estómago y trago saliva con esfuerzo, los pasos siguen acercándose a mi habitación, ya no tengo miedo, ahora siento angustia y terror, tengo ganas de saltar por la ventana y huir, estoy transpirando, veo como se gira la perilla de la puerta de mi recámara y ésta se abre con lentitud, ya no quiero que pase de nuevo, es mi padre, ¿porqué me hace esto?, lo veo ahí parado, recargado en el marco de la puerta, tiene la corbata descompuesta, los primeros botones de la camisa abiertos, no trae puesto el saco, está despeinado y algo sudado, me mira con ojos neutros, no sé si viene para que sea su saco de box, o a arrebatarme la poca dignidad que me queda.

Las 'Bonitas' También SufrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora