Huracán

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OS dedicado a muma ❤

Me desperté por la mañana, ansioso porque louis al fin volvía de su viaje de negocios, pero asustado por tener que enfrentarlo y decirle la verdad, contarle cada detalle de aquella noche donde me fui de control.
Me levanté de la cama y caminé hacia la ducha, no sin antes apreciar las fotos colgadas por la habitación, fotos de nuestros recuerdos juntos que los revivo como si hubieran sido ayer, con cada detalle. Miro su sonrisa y no dejo de pensar en lo que hice, y no contarle me está carcomiendo por dentro.
Al entrar en la ducha, mis pensamientos me ahogan, recuerdos de aquella noche en la que le fui infiel a la única persona que amo en esta vida, y recuerdos de su sonrisa que tanto anhelo por volver a ver, fueron dos semanas duras lejos de el, pero bueno, el trabajo es el trabajo.
Salgo del baño y me encamino hacia la cocina para prepararme el desayuno, una taza de café y medialunas, como todas las mañanas. Las preguntas de cómo se lo contaré y cual será su reacción me azotan al instante, aunque no sé como responderlas. Me fijo en el reloj y reparo en que llegaré tarde al trabajo si no salgo ahora, asi que agarro las llaves del auto y salgo. Lo que menos quiero hacer en este momento es trabajar, pero es una forma de despejarme y dejar de pensar en louis por unas horas.

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Luego de 8 horas de arduo trabajo, al fin estoy libre. Mientras camino hacia el auto para regresar a mi hogar, mi celular suena. Al desbloquear la pantalla, me doy cuenta de que tengo un mensaje de Louis, diciéndome que ya llegó de su viaje. Me pone feliz tenerlo de vuelta, pero temeroso de la noticia que le tendré que dar, ya que quiero que se entere por mi y no por alguien más.
Le mando un mensaje invitándolo a una cafetería a tomar algo, y casi al instante responde, aceptando.
Me subí al auto y un gran suspiro salió de mi interior, "el entenderá" me dije a mi mismo mientras me armaba de valor, o eso espero.
No me imagino una vida sin Louis, sin la única persona en la que confío todos mis secretos, la única persona que conoce cada centímetro de mi cuerpo, el es la única persona a la que puedo llamar familia, yo pertenezco a dondequiera que el este, yo pertenezco a el y el pertenece a mi.
Conduje hacia la cafetería y allí estaba el, sentado en una mesa para dos, con un jugo de naranja en una mano, y un café en la otra, estaba feliz de volver a verlo, la espera se ne hizo eterna, pero al fin esta aqui, sin saber lo que le espera. Me armé de valor y entré.
Louis dejó todo en la mesa y corrió hacia mi, envolviendome en un cálido abrazo, bajo sus brazos yo me sentía seguro, extrañé estar envuelto en ellos y sentir su calidez, su piel tan suave y juguetear con sus tatuajes, los cuales encajan a la perfección con los míos, como si estuviéramos hechos el uno para el otro. Los dos encajamos tan bien como las piezas de un puzzle, sus piezas se unen a las a mías en delicadeza y con pura perfección, justo como la más bella obra de arte. Luego me beso como si no hubiera un mañana, extrañaba saborear sus labios, que esta vez tenían sabor a naranjas frescas. Nos sentamos en la mesa, y decidí hablar primero, porque sabía que si el me decía como estuvo su viaje, yo no tendría el valor suficiente para decirle.
Así que empecé a hablar, contando cada detalle de aquella noche en la que mi control se desvaneció, le conté cuantos tragos tomé, y como fue que termine en la cama con aquel hombre, pero no más, ya que no recordaba a causa de la cantidad de alcohol que bebí. Recuerdo que cuando entré a la cafetería sus ojos estaban calmos, celestes como el cielo, pero a medida que las palabras iban saliendo de mi boca, en esos calmos zafiros algo se desató, seguramente por mis palabras recientemente dichas, pero en ese dulce y tranquilo océano, una tormenta comenzó, una tormenta que no hacia más que crecer y crecer, hasta convertirse en un furioso huracán, uno del que no tendría escapatoria, un huracán tan fuerte que tenía el poder de destruirte, y conociéndolo, se que lo hará.
Las palabras comenzaron a brotar de su boca sin control, cada sílaba me rompía, eran como infinitos puñales directo al corazón, pero siempre hay un rayo de esperanza, no importa la situación, y me aferré a un rayito con todas mis fuerzas, porque por más chiquito que sea, estaba ahí, y no podía perder la oportunidad de sobrevivir, porque por más fuerte que sea el huracán desatándose en sus ojos, y por más dolorosas que sean sus palabras, después de cada tormenta sale el sol, y así fue.
A medida que el tiempo pasaba, el huracán iba perdiendo fuerzas, al igual que sus palabras, y dejó lugar a un bello océano calmo. En sus ojos se podía ver ese azul profundo, que abría sus puertas para que veas su alma, tan rota, profunda y llena de secretos. Y ahí fue cuando supe que no podría vivir sin ella, sabía que no podría vivir sin ese chico que tengo a escasos centimetros de mi cuerpo, no podría vivir sin Louis ni un minuto más, porque moriría, todo dentro de mi moriria, y se que el no lo soportaría.
Lo besé, lo bese tan apasionadamente que me olvide quien era, donde estoy, y hacia donde voy, le transmití todos mis sentimientos a través de ese apasionado beso, que el ojiazul correspondió. Me separe para apreciarlo, para ver que me transmitía su mirada, y si quería decirme algo, pero fue su silencio el que me dio todas las respuestas. Su silencio me perdonó lo que hice en un pasado, y sanó la herida que había en mi corazón al traicionar su confianza, ese mismo silencio me hizo sentir querido por alguien, y no por cualquiera, sino por él, la única persona que me hacia feliz en este mundo.
Sus palabras me derrumbaron, pero luego comprendió que estaba bajo los efectos del alcohol y al verme a los ojos, le transmití amor, todo el amor que me fuera posible a través de la mirada, y me perdonó.
Se que será difícil volver a tener su confianza pura, pero también se que con su ayuda, lo lograré. El depositó su corazón y alma en mis manos, entregándome todo su ser, y yo hice lo mismo, porque confío plenamente en el, y espero que louis también confíe plenamente en mi. Será un camino largo y difícil, pero juntos se que lo superaremos, porque la vida es una montaña rusa con sus altos y sus bajos, y lo único que quiero es disfrutarla a su lado.

Huracán | OS LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora