-¿Y dónde está el molestoso? –preguntó Kurama cuando Naruto ingresó.
-¿Te refieres a Pato o al teme?
-Al segundo, el perro es todo un amor.
Solo porque aún no lo has bañado, pensó, es mucho más fastidioso de lo que crees.
-Se fue hace buen rato, antes de que te mandara por el shampoo de perro –Kurama sonrió contento de escuchar de que Sasuke no se encontraba en su casa y se acercó a él cambiando todo su semblante. Fue como si el botón de encendido se apagara, su tranquila actitud se enderezó, su fatídica mirada tranquila empezó a afilarse y aquellas expresiones se volvieron neutras.
Como solía ser allá en Rusia.
-Mocoso –jactó, y el rubio abrió los ojos sorprendidos.
-¿Estuviste actuando todo este tiempo delante de ellos? –exclamó, aunque después tranquilizó su cuerpo para poner una mirada desinteresada.
-Umino san y Hatake san me lo exigieron como requerimiento para vivir aquí –dijo como si no fuera algo muy importante-, cuando estoy solo contigo o con ellos puedo ser como siempre, pero delante de civiles debo ser otra persona.
-¿Y cuándo te cagaste en los pantalones?
-Bueno, eso te lo dejo en tu imaginación –dijo con bochorno-, aunque el grito que me lanzó Iruka san fue realmente fuerte. ¿Enserio te lo creíste todo, mocoso? –Inquirió burlón-. Te estas oxidando.
-Tsk, es por venir a Japón. Bueno –soltó una pequeña sonrisa fantasma-, al menos sé que no te volviste un idiota estúpido de primera, estoy seguro que les has hecho creer que eres en realidad así.
Ambos tomaron asiento en el sofá esperando la cena, mientras que Pato jugaba con los pies del mayor. A pesar de todo lo insensible que podía ser Kurama con el mundo, el amor por los animales jamás se le iría. Aun podía recordar el día en que entrenó a un tiburón para convertirse vegetaría, terminó muriendo el pobre animal por no comer carne, pero entrenado y feliz de no contribuir con la pérdida de más animales.
Kurama soltó muchas lágrimas aquel día, y se juró a si mismo ser carnívoro en memoria del animal.
-¿Por qué le pusiste pato al perro? -le preguntó leyendo el collar mientras hacían zapping con la televisión-, el pobre luego se confunde y no sabrá si ladrar o croar.
-Lo dice quien intentó volver a animales vegetarianos...
-Y es por eso que ahora como carne pura.
La cena de ese día era todo un festín de diferentes estilos de carne, pollo, cerdo, cordero y pescado; para el deleite del carnívoro que esperaba impaciente en la mesa. El día anterior debió aguantarse en la cena ya que el pelirrojo se había quedado para comer, e Iruka aprovechó ese momento para darle solo vegetales y cremas.
Kurama por su parte, tuvo que aguantar en toda la cena no ver ni un solo bocado de carne y sobrevivir hasta el momento de salir para botar la basura e ir corriendo a la hamburguesería más cercana que había.
-Adoro el sabor del cordero –jactó cuando acabó el último bocado de cena- ¿Quieres ir a entrenar?
-No tienes ni porqué decírmelo dos veces –suspiró Naruto dejando los huesos en su plato-, déjame dejar al perro en el jardín para que duerma ahí.
-¡Acaso quieres que muera de hipotermia el pequeño! Oh no, dormirá conmigo si es eso o dejarlo fuera, déjalo en mi habitación.
-Como quieras.
Dejó al perro en la habitación de Kurama antes de cargar su teléfono y ponerse los audífonos para entrenar. No habían puesto equipo de sonido en la azotea por cuestiones de vecinos quejándose, así que debía acostumbrarse a usar su celular para no distraerse. Entró a la carpeta de música y puso la primera canción que había en espera, mientras se colocaba sus guantes de cuero y se cambiaba las bermudas por un traje de licra.
-¿Cuerpo a cuerpo? –le preguntó a Kurama estirando los brazos como calentamiento.
-Por mi normal.
Hicieron un pequeño cuadrado con tiza blanca para encerrarse dentro, quien quiera que salga primero perdía, eso o caer por más de diez segundo en el suelo sin poder moverse.
Play the game, susurró encendiendo la canción.
Kurama salió disparado con un golpe central en el estómago, un poco más arriba del ombligo. El rubio como protección puso ambas manos en defensa y lanzó un rodillazo con fuerza, el pelinaranja, al esquivar, usó como taburete su propia velocidad y se elevó por la espalda ajena, girando todo el cuerpo de una manera muy rápida.
-Estas lento –comentó cuando se separó un poco.
-Fue casi un mes sin practicar, que esperabas.
Escupió la saliva que se le estaba acumulando y volvió a correr, solo que esta vez hacía piruetas para avanzar más rápido. El ojifuego usó una técnica de capoeira para evitar una patada intercostal, sin embargo Naruto aprovechó esto para enrojarse encima de él y lanzarlo al suelo. El celular salió volando junto con sus audífonos, pero no le dio importancia. Kurama abrazó la espalda ajena y giró en el suelo para quedar arriba y molestarlo, pero el rubio no se dejó y volvió a girar.
-Te gané –jactó entre dientes, contento de poder distraerse un momento.
-Si... me ganaste -suspiró.
Se recostó en su pecho pensando en todo lo que sucedía, en todas las acciones que tomaba hasta el momento. No sabía si fue buena idea confiar en Gaara y Sasuke, no sabía si tal vez ellos dos ya habían firmado su pacto de muerte.
No sabía porque Sai lo consideraba traidor, y no quería siquiera saber el por qué.
-Naruto.
-¿Si? –preguntó chocando la vista. El gélido ambiente enfriaba toda la azotea, por lo que el calor que se creaba entre ellos era cálido y armonioso. Kurama levantó un poco la cabeza, obteniendo un pequeño rubor al ver los ojos ajenos de forma inocente.
-¿Deberíamos besarnos para romper la tensión? –preguntó elevando una ceja picante. El rubio soltó un sonido entre risa y asco, e inmediatamente se paró.
-¿Qué? Agh, no. Ya me acabas de traumar, no ha pasado ni una semana desde que besé al teme y ahora tú quieres otro.
-¿Espera un momento? ¿Besaste a la cacatúa?
-Eh, ¿Sí?
Kurama se paró de inmediato y se limpió el poco polvo que tenía, realmente molesto. Giró con dirección al rubio intentando decirle algo, pero por más que intentaba nada le venía en mente. No podía enfadarse con ese pequeño niño bipolar, era demasiado para su conciencia.
-Ya no quiero entrenar –bramó, saliendo lo más rápido que pudo.
Naruto se quedó sorprendido al ver que el mayor se enfadaba de la nada y lo demostraba, usualmente solía ocultarlo con un sarcasmo, pero ahora parecía haberlo olvidado por completo:-.Que se le podrá hacer –suspiró, bajando minutos después. Kurama era raro, pero aun así lo respetaba como compañero.
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Maldita friendzone que perdura hasta en los fics, su poder parece ilimitado. Bueno, en el próximo capítulo volvemos con Neji, así que elegiré (Otra vez) a un grupo de personas para que participen.
El chat grupal es genial, no lo digo solo yo (Todos hablan y se conocen, puedes conocer a más personas con tus gustos). Aun pueden ingresar si quieren, tan solo deben enviarme un mensaje por WhatsApp -ya dejé mi número en un cap pasado-, o escribirme su número con el código de país por imbox privado.
Pdta: Si quieren que les dedique un capítulo escribanlo en los comentarios
¡Voten y comen!
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Buscado por amar
Fanfiction(Cancelado. Rehaciendo en nueva cuenta) (Cancelado. Rehaciendo en nueva cuenta) (Cancelado. Rehaciendo en nueva cuenta) Siempre fue tratado como un ser sin corazón. Desde su más reciente vasallo hasta sus altos mandos, todos creían que tarde o tempr...