Ya estaba afuera, sin embargo el peligro seguía si no se alejaba rápido de ese hotel barato.
Diciembre 10, 12:25 AM.
Sus piernas dolían y sentía como si en cualquier momento estas fueran a fallar. "No, no, no, no, por favor no ahora".
Las pocas personas que pasaban en esa oscura y fresca noche lo miraban con extrañeza y curiosidad, pero sólo eso, no se podrían molestar a detenerlo y preguntarle que pasaba, no era su problema.
Incluso si miraron a un hombre seguirlo, no harían nada.12:40 AM
Había encontrado un lugar seguro. Una callejón.
Sus piernas, siendo específicos, sus muslos estaban sangrando.
Tampoco el hecho de que corriera en la calle con tacones fue algo bueno. Se los quitó, sabiendo perfectamente el riesgo de que se podía lastimar con cualquier cosa si caminaba así y--"Hey, pequeñito..."
Mierda.
12:50 AM
Estaba perdiendo sangre, si no robaba alguna ropa para poder vendarse o si no encontraba alguna farmacia abierta a esas horas, lo iba a encontrar y le mataría. No, no, todavía quería hacer más cosas antes de morir.
Agregando cómicamente que quería celebrar su segundo cumpleaños siendo humano.Miró a su alrededor rápidamente. Él hombre ya no estaba en algún lugar pero no se podía quedar tranquilo. Tenía que seguir avanzando sin importar que su visión estuviera borrosa.
Sentía tantas cosas en ese momento; temor y adrenalina eran las que dominaban más en esos instantes. Se podría decir que ya había estado en situaciones similares cuando era nación y se enfrentaba con ciertas personas de la mafia, la cuestión era que como ahora era un simple mortal, su vida estaba en completo peligro.
¿Por qué no ir a la policia? Era arriesgado, podrían darse cuenta de su trabajo como sexo-servidor y meterlo igual a la cárcel.
La mejor opción era llamar a su hermano, a un cliente de confianza (no exactamente un amigo, huh), o a quizá a su doctor. Las opciones como el "Tomato gang" quedaban fuera, ellos no estaban en Italia.
Tenía que pensar rápido, recordaba que tenía el saldo necesario solamente para una llamada.-"Shh, shh, shhh..."
"Dios, ayúdame." Era lo único que podía pensar realmente.
La navaja que siempre tenía guardada en su bolsillo estaba en manos de aquel loco, no podía defenderse con los puños.
Eso era muy estúpido y sus brazos eran débiles.
No tenía fuerzas para correr y de todas formas se forzó a si mismo a hacerlo.
No duró más de cuatro calles antes de desmayarse.
Lo último que vio fue a una pareja adulta preocupada.10:13 AM
"¿Estoy en el cielo?" Momento. Eso una vez lo dijo en la casa de España. Y cuando abrió los ojos, se dio cuenta que realmente no era así.Esta vez abrió los ojos sólo para encontrarse mirando a un techo celeste con nubes dibujadas. Welp, se dio cuenta de que esa no era su casa. Dudaba mucho que fuera la casa del hombre, teniendo en cuenta que todavía podía sentir sus piernas.
Escuchó la puerta de la habitación abrirse y ya que no podía mover las piernas porque estas no respondían al sentir miedo, usó su almohada como escudo.
Quien entró no era más que un ni--...no, un adolescente, quizá de unos quince. Detrás de él estaba un señor algo anciano, calculaba unos sesenta años, una mujer de pasado los treinta, bajita y un hombre que tenía más o menos la edad de la fémina.
Nadie dijo nada por un minuto, Nare estaba demasiado aterrado para abrir la boca.
Pero entonces, el más joven habló:
-"¿No tienes hambre? Con la cantidad de sangre que perdiste debes estar débil."
-"¡Cierto, cierto! Hay pollo al limón y pasta al horno."-Dijo el que suponía, era el padre de la familia.
-"Y de postre hay tiramisú."-Completó el anciano.
-Claro...muchas gracias, ¿err...?
-"Perdón, no nos presentamos,"-la dama sonrió.-"yo soy Alegra, mi esposo es Alessandro, el pequeño es Francesco y mi padre es Giacomo, ¿tú eres...?"-
-Rovi... Lovinare Vargas, muchas gracias y perdón por las molestias.-
-"¿Puedes pararte?"-Francesco preguntó.
-¡Claro que sí!-
-"... ¿Seguro?"-Volvió a preguntar.
-...No.-
Alegra y Alessandro rieron.
Suspiró.
Por lo menos, estaba vivo.
Y por lo menos, la familia que lo rescató fue una buena, de corazones puros.
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Dejame Ser Libre
Short StoryLovinare. Su nombre era la ruina. Y él siempre la traía a los humanos. O: Pequeñas aventuras de mi prostituto que siempre terminan en un "Safe", "Good end" y "Bad end". Advertencia: Muchos OC's. Todo esto tiene que ver con una cuenta de rol de 2p!Ro...