Capítulo 13: Manos sueltas

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Me vuelvo a alejar de repente de él, porque recuerdo esas palabras tan rudas de él que dijo, cuando estuvimos con Riley y eso tampoco se lo voy a permitir:

-Espera, tampoco me gustó por como me hablaste y como te referiste a mí de esa manera antes, no tienes ningún derecho David Garrett a hablarme así, porque sea tu novia o no, no soy de tu propiedad como un perro para que te expreses de esa manera, mi hiciste sentir muy mal delante de ese chico-

En cuanto le nombro sus ojos ruedan hacia arriba y pone cara de desprecio.

-Si, si ya lo sé, a mi tampoco me gustó como te hablé antes, en cuanto las palabras salieron de mi boca, me arrepentí al segundo pero ya era tarde y no quería hacerlo enfrente de él, perdóname, lo siento de verdad-

-Vale, esta bien, pero por cierto, ¿se puede saber de que le conoces?-

Suspira como cansado y dice: -juega conmigo en el equipo y creo que pronto va a ser nuestro capitán-

Me quedo sorpresivamente mirándolo sin saber bien que decir, pero está claro que no parecen llevarse muy bien y seguro que habrán tenido algún roce en el campo. Pero mirando a David a los ojos, puedo decir que le creo y que parece totalmente seguro de sus palabras, de todas formas yo también vi como parecía más que ella fue quién se le lanzó y no él, así que decido acercarme un poco y poner mis manos a detrás de su nuca.

Me mira un poco desconcertado y entonces yo sonrío un poco de medio lado, me acerco muy despacio y le beso suavemente, David no hace ningún movimiento porque teme que haga algo para que yo me eche para atrás, pero después de su confesión y de ver la sinceridad plena de sus ojos, decido yo dar el primer paso sin pensármelo mas veces. Le atraigo un poco más a mi cuerpo y el beso se hace más intenso, abro mi boca para darle paso a su lengua, haciéndolo mas íntimo y sumergiéndonos en un beso que necesitábamos como de reconciliación por todo lo que había pasado. Es increíble como un malentendido o mejor dicho como algunas personas a veces pueden llegar a hacer tanto daño a otras con un simple acto. Termino de colocar mi otro brazo alrededor de su cuello y tocando su nuca con mis manos para abrazarlo también, y sentirme más cerca de él, cosa que él aprovecha esta vez para abrazarme desde la cintura.

Separamos un momento nuestros labios y nos miramos fijamente, en sus ojos ya no veo tristeza, sino cierto brillo y felicidad; entonces pega su frente con la mía, rozando su nariz con la mía y suelta un suspiro.

-Lo siento, siento todo lo que ha pasado, prometo que no habrá más malentendidos; créeme que quiero estar contigo y con nadie más, tu porque saliste corriendo enseguida pero no llegaste a ver en cuanto esa loca me beso la cara de asco que puse, sabía como a pescado- pone una mueca al final.

Cosa que hace que suelte una pequeña risa, entonces levanto mi cabeza para mirarle de nuevo con una gran sonrisa y caigo en cuenta de algo.

-Espera, ¿no dijiste que después de estar con ella, viniste enseguida a buscarme? - le pregunto curiosa, con el ceño fruncido y una sonrisa, para parecer divertida.

-Claro pero primero tenía que pasar al servicio como sea a lavarme un poco la boca- suelta con una mueca, como si le diera asco.

Me río y le digo: - mm, ya ya...- levantando mis cejas, haciéndole creer que lo dudo un poco, pero en realidad no dudo nada de él.

Suelta una pequeña risa y me dice: 

-Que si, créeme, no hay nada mejor que quiera ahora mismo, que estar así contigo, siempre-

-Ya y se supone que yo me lo debo de creer así, sin más, sin ningún tipo de muestra de amor, ni nada ¿no ..? - le digo, para intentar picarlo un poco más.

No siempre fue AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora