El extraño relato de dos mundos.

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La verdad es que no recuerdo tener sueños normales pero yo sé que los tuve, además tengo la sensación, no, tengo la certeza de que algún día todo esto acabará, sólo habrá un mundo y tendré sueños normales otra vez, como todas las personas.

Esta vez estoy en el primer mundo, este me gusta más, aunque la soledad me castiga aquí siento un poco de paz, y las cosas marchan bien, pero siento que no debo cometer ningún error, me asusta cometer alguno, cada vez que hago algo malo siento que la culpa me carcome, en este lugar todo es muy perfecto.

Aquí vivo con mi novia y pasamos mucho tiempo juntos, pero de alguna u otra forma siento que no está presente, aún así nos amamos y el sentimiento que tenemos va entre el amor y la obsesión, algo que siento va fuera de lugar, pero ¿Qué hay de malo en el amor? 

Ya en la noche me voy a dormir, no distingo la hora, este día se me hizo muy largo, fue como una eternidad en el trabajo.

Cierro mis ojos y me encuentro en la nada, no veo nada ni a nadie, sólo mis pensamientos por unos minutos antes de despertar, en raras ocasiones oigo voces que me transmiten sentimientos, tristes la mayoría de las veces, aunque a veces son sentimientos de mucha felicidad.

Esta vez no escuché nada y luego desperté en el segundo mundo, antes tenía miedo de que aparezca un tercer mundo o incluso más ya que cada vez que despierto en un mundo siento cosas diferentes, cosas que no puedo explicar.

Aunque prefiero el primer mundo, no me importaría que éste fuera el real, no me importaría que el otro deje de existir, solamente quiero que esto acabe.

Aquí vivo con mi mamá, a ella sí la siento presente, pero, también siento que no le importo, por más que le hablo ella sólo está en sus cosas y no sé porqué siento arrepentimiento, quiero pasar más tiempo con ella.

En este mundo, a diferencia del otro, los sentimientos son más fuertes, a excepción del amor obsesivo y la culpa que en el primer mundo se intensifican, aquí es como estar más vivo, pero a la vez más muerto, es como si no existiera, a nadie le importo ¿De qué sirve estar vivo si nadie sabe de tu existencia? 

Creo que siempre tuve un dolor punzante en mi cabeza, en este mundo duele más, pero en especial hoy el dolor es mayor.

¿Cuál es el objetivo de nuestras vidas? ¿Para qué sirve tanto esfuerzo y sacrificio si algún día vamos a morir y no habrá nadie para recordarnos? Creo que sería mejor acabar con esto, adelantar las cosas.

De ida a la universidad, no pude identificar el nombre de una calle donde apareció un hombre que sabía lo que me pasaba, dijo que éste era el mundo real, y si quería acabar con esto tenia que ir al primer mundo, abrir el tercer cajón de la mesita de luz y suicidarme con la pistola, según él, eso acabaría con ese mundo y despertaría en este, luego tendría sueños normales. Yo ni siquiera sabía que tenia una pistola.

No sabía si confiar o no, la verdad no estaba seguro de que realmente hablé con ese hombre, pero ¿Qué define lo que es real y lo que no? ¿Cómo identificar una mentira? tal vez aunque no sea lo que espere, hacer lo que dice ese hombre sea una solución.

Me fijo en la mesita de luz de este mundo, abro el tercer cajón y encuentro la pistola, nunca me había fijado en que las habitaciones de ambos mundos son exactamente iguales.

Me preparo para dormir y ver si también tengo una pistola en el primer mundo, esta vez en la nada escuché voces que me transmitían miedo.

Abro el tercer cajón y encuentro la pistola, mi novia me pregunta qué es lo que pienso hacer pero no respondo.

Tal vez el hombre que sabía lo que pasaba estaba mintiendo y quería que me quede en su mundo, pero yo prefiero este.

A pesar de ser aún de día, me acuesto para volver al segundo mundo y acabar con todo esto, antes de dormir logro oír la voz de mi novia diciéndome "Espérame, algún día nos volveremos a ver".

Esta vez en la nada no oí voces, me hubiera gustado escuchar la voz que transmite felicidad.

Despierto en el segundo mundo, aquí todavía es de noche, saco la pistola del cajón y la llevo directamente a mi cabeza, entonces, aprieto el gatillo. 

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