Pídeme lo que quieras, o déjame es una intensa y atrevida historia de amor, plagada de
morbo y erotismo, en la que los protagonistas luchan por preservar su relación, a pesar de que
el precio que tendrán que pagar por ello puede ser demasiado caro.
La aclamada Megan Maxwell concluye de este modo una de las sagas eróticas más populares
de nuestro país.
Megan Maxwell
Pídeme lo que quieras o déjame
Pídeme lo que quieras 3
ePUB v1.0
2.7.13
Megan Maxwell, 2013.
ePub base v2.1
Con cariño para mis locas y maravillosas
GUERRERAS MAXWELL.
Como vosotras decís: ¡No hay dos sin tres!
Espero que Eric y Jud os vuelvan a enamorar.
Mil besotes
MEGAN
1
Riviera Maya -Hotel Mezzanine
Playa de arenas blancas...
Aguas cristalinas...
Sol cautivador...
Cócteles deliciosos...
... y Eric Zimmerman.
¡Insaciable!
Ésa es la palabra que define perfectamente el apetito que siento por él. Por mi alucinante, guapo, sexy
y morboso marido. Todavía no me lo creo. ¡Estoy casada con Eric! ¡Con Iceman!
Estamos en Tulum, México, disfrutando de nuestra luna de miel, y no quiero que acabe nunca.
Acomodada en una maravillosa hamaca, tomo el sol en toples. Me encanta sentir los rayos del sol en
mi cuerpo, mientras mi Iceman habla a escasos metros de mí por teléfono. Por su cejo fruncido sé que
está concentrado en temas de la empresa y yo sonrío.
Eric está moreno y guapísimo con su bañador celeste. Mientras, yo lo miro... lo observo... y cuanto
más lo hago, más me gusta y me excita.
¿Será el efecto Zimmerman?
Con curiosidad, veo que unas mujeres que están sentadas en el bonito bar del hotel lo miran también.
No es para menos. Reconozco que mi chicarrón es un lujo para la vista y, divertida, sonrío, aunque estoy
a punto de gritar: «Ehhh, lobeznas, ¡es todo mío!».
Pero sé que no hace falta que lo haga. Eric es todo, absolutamente mío, sin necesidad de que yo lo
grite a los cuatro vientos.
Tras la bonita boda en Múnich, tres días después, mi flamante marido me sorprendió con un
estupendo y romántico viaje de luna de miel. Y aquí estoy, en la exótica playa de Tulum del Caribe
mexicano, disfrutando de unas buenas vistas y deseosa de regresar a la intimidad de nuestra habitación.
Tengo sed. Me levanto de la hamaca, me quito los cascos del iPod, me pongo la parte de arriba de mi