Guilty Pleasure

Capítulo 21: Mentira

  ¡Oh sí, Rasen se ha manifestado después de...a saber cuántos meses! Pero sé que han pasado como...Mejor no hablemos sobre eso o me acribillarán XD Sí, sé que deben estar felices porque hay actualización, sin embargo, no todo es color rosa y miel sobre hojuelas...Primero, saquen los pañuelos y ruego a kami-sama que no tengan trinches ni hordas enfurecidas a su alcance (ya sabrán a qué me refiero cuando terminen de leer). Segundo, lo más trascendental de todo... ¡Guilty está a punto de llegar a su final! Sí, señoritas, esto se nos acaba, se nos va de las manos...Ya no más sexy profesor de inglés dándole duro contra el muro, ya no más desvaríos míos cada inicio de capítulo, ya no más de este sensual fanfic...¡A partir de este capítulo restan aproximadamente cuatro más y finito! Así que vayan pensando en qué entretener sus tardes de aburrimiento XD ¡Cambio y fuera! No me maten que tengo un hijo canino que alimentar >_<

*-*-*-*

No era la primera vez que le pedía que se reunieran y mucho menos cuando ambos se encontraban dentro de la misma ciudad. Pero sí era la primera ocasión en que parecía pedir que se vieran con tanto ahínco y eso era algo que despertó su curiosidad rápidamente; así que accedió y agendaron el encuentro en la brevedad posible.

Un viernes por la tarde, cuando prácticamente todos habían concluido con sus deberes, había sido el día seleccionado por esos dos hombres para verse y charlar amenamente dentro de la seguridad y confidencialidad de aquel departamento. Así que allí estaban, sentados en la pequeña sala con el televisor de fondo.

—Lamento haberte citado sabiendo que tienes una agenda muy apretada —el blondo simplemente ejecutó un ademán, restándole importancia a su disculpa. Lo único que le interesaba a ese hombre era saber el motivo por el cual le había pedido verse.

—Descuida, no es como si tuviera cosas que hacer —en cierto modo su vida se había tornado menos ajetreada, aunque no por ello se había aligerado—. ¿Te ha pasado algo, Marko?

—Bueno, es algo...complicado de explicar...—pocas veces había contemplado esa faceta de timidez y confusión en el italiano, por lo que que había optado por callar y disfrutar de tan particulares acontecimientos.

—No eres de los que se cortan ni se apenan con facilidad —indicó Kai con una tenue sonrisa en sus labios.

—Es que...no es tan fácil...Es decir, todos parecían saberlo menos yo mismo... Y eso me enfurece...y también —las celestes pupilas de Tatsuhisa dieron un vuelco terrible, como si en ese instante notara por primera vez ese sentimiento denominado como "miedo". ¿Era lo que estaba pensando?

—¿Qué...quieres decir con eso? —sabía que nadie le contaría una verdad como esa al castaño, porque prácticamente les amenazó con que ni se les ocurriera insinuarle semejante cosa. ¿Entonces?

—Digamos que...me acabo de enterar de lo que...sucede entre tú y Aomine...—sí, se sentía aliviado de que solamente estuviera enterado de esa noticia. No obstante, eso no le reconfortaba del todo. Tener conocimiento sobre sus verdaderas preferencias podría traerle problemas con él; lo que había estado intentado evitar podría convertirse en realidad.

—¿Quién te ha dicho semejante cosa? —lo que le interesaba ahora era saber quién había abierto la bocaza.

—Yo no tengo problema con que a ti te gusten...los chicos —exteriorizó tan rápido como su propia dicción se lo permitió. Y Kai ante su sincera confidencia, guardó silencio; estaba sin saber qué decir. De hecho ni siquiera sabía si admitir abiertamente que había tenido algo que ver con el moreno.

—...No tienes que forzarte, en serio...—conocía la gentileza de ese chico y sabía que podía estar diciendo todo eso para hacerlo sentir mejor. Si no supiera cómo era ese italiano.