Capítulo 4

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Juan Luis

Me gustaba estar limpio y presentable pero también me encantaba tener impregnado el sudor al hacer lo que me gusta.

El show ha ido de maravilla y salgo con una sonrisa tatuada en mi rostro. Al pie de las escaleras me espera mi tía con los brazos abiertos.

—Un lugar más conquistado— Declaro mientras le doy un fuerte apretón —¿Mi mujer? ¿Esta con los niños?

Busco con la mirada a mi chaparrita que por primera vez desde que me ha acompañado no me viene a recibir. Siempre se queda tras el escenario para mirar mi actuación, según ella por todas las veces que se lo perdió antes de conocernos.

—Y los lugares que te falta por conquistar, Juan Luis. Los niños se quedaron con Jeremy que se fue hace un rato a descansar. Vine a ver como iba todo, a Andre no la he visto desde esta tarde.

—Tan raro, siempre me espera al terminar.

Yudi se encoge de hombros y me abraza nuevamente.

—Estoy tan orgullosa de ti.

—Gracias —Sonrío—, Amo hacer eso.

—Lo sé, todos lo sabemos —Me palmea el brazo.

—Iré a ver si encuentro a mi Andre, nos vemos más luego.

Asiente y yo me pongo en camino por el pasillo al camerino.

—No te demores que las fans deben de estar entrando al backstage —Grita y al girarme veo que Santiago se ha reunido con ella.

—Par de cansones —Niego y me apresuro.

Desatasco la puerta del pequeño camerino que la empresa del evento me destino y entro. Siento que le vuelve el alma al cuerpo al ver a Andre recostada en el mueble de la pared contraria.

Pudiera decirse que estoy acostumbrado a verla dormir pero no. Ese gesto que hace con la trompita parada como si estuviera esperando un beso en la inconsciencia me encanta y no me canso de verlo.

Me saco la playera por la cabeza y la lanzo a la maleta. En la silla delante del espejo tengo una limpia. Debido a las prisas de salir con todo en cuanto antes evito no cargar tantas cosas así que lanzo todo sin orden y me cuelgo la maleta. Listo, ni rastro de Juan aquí.

Que pesar despertar a mi cara de ángel pero es hora de irnos.

—Amor —Murmuro en su oído— Despierta, es hora de irnos.

—¡No quiero! —Exclama girando de lugar.

—Te vas a caer, no estas en la cama. Venga levantate Bella Durmiente.

Abre los ojos de a poco y me mira.

—¿Que hora es? —Pregunta.

—Faltan cinco para las doce de la noche —Reviso la hora en el iPhone— ¿Le cogiste cariño al lugar que te quieres quedar?

Hace un gesto que no entiendo, debe ser por haberla despertado.

—Faltaba más, vayamos entonces.

Se estira para desperezarse y se talla los ojos.

En vez de tomarme del brazo sale ella primero y me espera afuera. Frunzo el ceño y la miro condundido.

—¿Estas brava por que te desperté?

—Para nada, vamos que mientras más pronto llegue con mi hijo mejor.

¿Pero que le pasa a esta mujer? Primero es todo arrumacos y ahora esta rara. Si no fuera porque la conozco creería que esta huraña por falta de sueño pero hemos descansado muy bien los últimos días.

Pretty Boy & Pretty GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora