Terminamos nuestras bebidas y salimos a caminar sobre el parque frente a la cafetería.
—Gracias por todo lo que estas haciendo.
El pasto estaba verde y muy poca gente pasaba por ahí. Tenía una fuente del tamaño de una tienda de campaña que aventaba chorros de agua de forma horizontal. Los árboles estaba cortados en círculos dándole una aspecto caricaturesco al parque. Todas las bancas habían sido colocadas alrededor de la fuente que seguía lanzando el agua hacía el cielo.
Nos sentamos en una banca que tuviera suficiente sombra de uno de los arboles.
—No debes agradecer nada, sabes que lo hago con gusto.
Estábamos muy juntos, nuestras piernas se tocaban al igual que nuestros brazos y hombros.
El aire fresco de la mañana me ayudaba a tranquilizar mis pensamientos a los que apareció la escena del estacionamiento con Leo.
—¿Mink, puedo preguntar sobre que hablabas con Leo hace un rato?
Su cuerpo reaccionó y se acomodó de forma que quedara de frente a mi, girando todo su tronco para verme.
Yo moví mi cabeza para que pudiera encararlo. Parecía como si rebuscara algo en mi rostro.
—Es un tonto y no le hice caso tal y como tu me lo mencionaste.
La mano derecha se levantó hasta mi cuello y se posó ahí para jalarme hacía él y poder besarnos.
La rápida e inesperada acción logró que el calor subiera hasta mi cara. Su perfume me pareció el más delicioso que hubiera olido jamás.
La mano libre se abrió paso hasta mi muslo que mantuvo a la mitad de mi pierna y que apretó con esa enorme mano.
Sus labios fueron despacio besando con mucho cuidado. Era encantador sentir esa suavidad que provocaba su roce con su boca. Me dejé llevar sin importarme que la gente nos viera besuquearnos en medio de un parque público.
Abrí mis labios y le permití que tocara mi lengua para que nuestra saliva se combinara. Un beso largo y lleno de deseo.
Me sentí bien al tener esta intimidad que ha sido lo más lejos que hemos llegado en estas semanas, me ha respetado en todo momento y en ese instante deseaba que se extendiera en sus caricias que se concentraban en mi cuello con su ligero masaje.
Sentí que quitó la mano de mi muslo y la subió hasta mi cara la que acarició con mucha ternura.
Percibí felicidad en mi. Todo mi cuerpo reaccionaba a lo que hacía incluso con éste insignificante beso.
Terminó el contacto separándose un poco de mi, depositó otro beso en mi mejilla y en la frente.
Sabía que mi cara estaría ardiendo y que una boba sonrisa adornaría mi rostro, así que agaché la mirada para obtener aire y quitar la notable excitación de mi rostro.
—Llegara el día que nos falten horas para poder expresar nuestros sentimientos.
Fuimos a su casa para estar mas tranquilos. No me opuse, me era muy grato pasar tiempo con él ya que siempre había tranquilidad y calma.
Subimos a la azotea para recibir el calor del sol y tener más comodidad.
Me dejé caer en el enorme sillón y subí los pies en la mesita de centro donde Mink estaba poniendo un vaso con whisky y hielo. Relajé los músculos de mi cuerpo, me sentía libre.
Cerré los ojos y dejé que el sonido del aire ahí arriba me llevara a un estado de meditación.
—Deberé evitar que te quedes dormido.
Me reí un poco pero tenía razón, la última vez que estuve en su casa me dormí sin pensarlo.
—Creo que será más cómodo si me hablas de algo y evites que llegue a aburrirme.
Se acomodó a mi lado llevando en su mano una cerveza de la que bebía con ganas.
—Te hablaré de la crisis financiera que está pasando Corea, por ejemplo. Ayer las divisas norteamericanas bajaron provocando que el déficit de...
—Ok ya. Eso me hará morirme de sueño, mejor háblame de ti. ¿Qué te gusta? Y hablo de películas, música, comida, lugares, cosas. No se nada de eso de ti.
—Yo tampoco de ti lindo Bin.
—Pero yo pregunte primero así que dime: película favorita.
Mink le dio otro trago a la botella, yo lo veía esperando una respuesta, parecía pensarlo mucho. Si pasaría la mitad de mi tiempo con el grupo y la otra con él, al menos debería conocerlo.
—Si tuviera que elegir una seria Cinema Paradiso.
—¿Es extranjera cierto? No la he visto. Siguiente pregunta: ¿Cuál es tu color favorito?
No dijo nada, solo señaló la chamarra azul rey que traía puesta.
—¿Grupo favorito?
—Por lógica escogería el tuyo, pero no me gusta el K-pop así que te diré que me gusta Apocalíptica, es increíble como mezclan el metal con música clásica.
Me pareció asombroso verlo tan a gusto platicando conmigo. ¿Cómo no confiar en él?
—¿Tu tipo de chico ideal?
Antes de responder hizo sonar una fuerte carcajada.
—Tu.
Dejó la cerveza de su mano en la mesita y se acercó a mi para besarme. No me opuse, lo deseaba con muchas ganas. Me dejé llevar por la pasión y nos convertimos en dos hombres hambrientos por devorarnos mutuamente.
Me recostó en el sillón y todo su peso calló ante mi. Tenía una mano fuertemente sujetando mi hombro mientras que la otra se debatía entre subir mi playera o bajar el zipper de mi pantalón. Eligió la primera y masajeo mi abdomen para después acariciar uno de mis pezones.
Nuestras bocas luchaban una a la otra por obtener el control del beso. Su lengua exploraba toda mi cavidad mientras yo trataba de morderle los labios. Me llevó a un estado de excitación total, la combinación fortuita de boca y roce en mi pecho, levantaron el ánimo de mi pene.
Moví las caderas involuntariamente de arriba a abajo, pegándome al muslo de Mink que me tenía prisionero debajo de él.
Comencé a jadear, quería que tocara mas allá de mi pecho, que bajara hasta mi entrepierna y sobara la erección que lo esperaba.
Me atreví a pedírselo.
Separé un poco mi cara de la suya y aún con los labios pegados hablé.
—Mink, tócame más allá de lo que hemos llegado. Quiero pertenecerte como nunca lo he sido con nadie... te quiero.
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FAMA (VIXX Fanfic Yaoi)
ФанфикLas oportunidades para convertirte en alguien famoso son escasas. Hay que tener un gran talento y... contactos. Mi nombre es Lee Hongbin miembro del grupo de K-pop VIXX y a través de esta carta dejaré testimonios de la degradación que hoy me llevan...