Mis ojos se abren lentamente, y con una visión borrosa de mi gastado techo, logro levantarme en busca de mis lentes. Cuando me fijo en la hora, me había despertado 2 minutos antes de que suene la alarma, como habitualmente sucede. Son las 5 de la mañana, y siento una pesadez terrible, me había dormido si mal no recuerdo hace 2 horas antes. Pues hoy inician las pruebas para concluir mi semestre actual en psicología.
Mi primer movimiento al levantarme de la cama, como siempre, es preparar el café e irme a lavar el rostro. Me quito los lentes, y procedo al baño luego de dejar calentando el agua, lo que me recuerda que debo invertir en una cafetera en mi próxima paga, que es éste domingo.
Trabajo pasando todos los datos de un colegio particular que se ubica en la esquina de mi casa, la cual realizo en el apartamento donde actualmente resido. Me sirvo el café, y me pongo a freír unos huevos mientras repaso un poco la prueba de hoy.
Luego de una larga ducha y el proceso de vestimenta, enciendo un cigarrillo, y emprendo mi pequeño viaje a la universidad.
Está lloviznando.
Cuando llego a la universidad me topo con Sindy y Santiago, los hermanos Wood, los cuales según sus características físicas, decidieron estudiar al igual que yo.
Llega la hora de la prueba y soy de los primeros en terminar, por lo cual me sobra tiempo para proceder al trabajo y darme un tiempo libre. Pero en el momento de entregar la prueba, el docente me llama la atención, por entregar el examen en blanco.
No podía creer lo que mis ojos visualizaban, no había escrito absolutamente nada, por lo cual avergonzado pedí disculpas y volví a coger la hoja. En el momento en el que me siento, una fuerte presión me ataca sin piedad, por lo cual un sueño profundo me visita inesperadamente, lo que casi ocasiona un desmayo repentino. Pero logré erguirme, y tratar de acabar la prueba lo más rápido posible, escogiendo las mismas respuestas que anteriormente había seleccionado.
Ciertamente el profesor vio la hoja y me dejó salir, y en el camino de vuelta a casa, sentí una incomodidad tremenda, una enigma abundante que recorre mi conciencia con la misma pregunta. ¿Acaso soñé que lo había escrito todo?
Cuando llego a casa cojo el teléfono y llamo directamente a Sofia, una compañera que por orden de lista se sienta atrás mío en el salón. No pude hablar directamente con ella en la universidad porque a pesar del inconveniente, terminé primero de todas formas. Entonces ella contesta, y mi pregunta resuena en mi cabeza antes de emitirla con precisión.
Sofia, ¿Estaba dormido en el examen?...
-Podría ayudarte si me das un poco más de información, ¿Quién habla?
-Oh, discúlpame. Soy Mark lewis.
-Ya lo sabía torpe. Respondiendo a tu pregunta, si, dormiste por aproximadamente 5 minutos, despertaste y entregaste la prueba como si nada.
-Sofía, ¿Y si te contara que resolví la prueba mientras dormía?
-Deja las drogas por favor.
-Te hablo mañana, tengo mucho trabajo adicional.
Cuelgo el teléfono y procedo a trabajar.
No he dejado de tomar café, por miedo a volverme a quedar dormido. Nunca había sentido algo como esto, pero siento que si caigo, podré controlar mis sueños, lo cuál había leído muchas veces, y puede verse interesante y divertido, pero tengo mucho trabajo que hacer.
Cae la noche y dejo la portátil, para empezar a repasar un poco lo que corresponde el día de mañana, pero una inusual ráfaga de viento corre por la ventana más grande del apartamento, lo cual me provoca un sueño instantáneo, a pesar de haber tenido varios minutos de severa concentración en mis apuntes de la materia.
Los ojos se me cierran, y cuando menos me doy cuenta, dejo caer el cuaderno y me duermo en el escritorio.
Y en el momento que siento la relajación, abro los ojos de inmediato. Lo cuál se convirtió en un escenario escalofriante, porque ya no estaba en mi apartamento, ni siquiera estaba en algún escenario aleatorio que mi cerebro pueda crear. Estoy en la nada, flotando en una oscuridad absoluta, y mi parpadeo me incomoda, porque por más que cierre y vuelva a abrir los ojos, el mismo paisaje se contempla. El paisaje no existe.
Siempre fui caracterizado por mis padres por haber sido de los pocos niños que nunca le tuvieron miedo a la oscuridad, porque nunca había sentido la verdadera oscuridad, tan penetrante, tan escalofriante y tan enigmática.
El pánico me rodea todo el cuerpo, y cuando menos me doy cuenta, estoy gritando con toda mi fuerza. Y cada vez mi voz desesperante toma menos potencia, como si la densidad de la oscuridad absorbiera el ruido que pude haber estado provocando. Jadeo, y en breves instantes, me rompo a llorar. En silencio, el silencio que todos merecemos, el silencio que me permitió salir de ahí.
Cuando me levanto, no habían pasado ni 5 minutos, y mi corazón latía a una velocidad incontrolable. me paro muy erguido, mientras seco mis lágrimas y con el pequeño pensamiento que me perseguía, de creer que no podía volver a tocar el sueño, el sueño me interrumpe nuevamente, en tan sólo pocos segundos de lectura. Y el verdadero miedo recorre mi cuerpo. No planeaba volverme a quedar dormido, no con el espectáculo que acababa de visualizar. Pero cuando menos me doy cuenta, el sueño vuelve a atacarme, y esta vez con la mayor potencia posible.
Esta vez fue rápido, fue enigmático y misterioso, porque el mismo paisaje oscuro, dejó apreciar un enorme espejo que reflejaba mi ser, en cuerpo entero, yo sin poder moverme del mismo sitio en el vacío, sin dejarme otra opción más que simplemente verme.
Estaba vestido de la misma forma, con los mismos lentes, las mismas cejas arqueadas, cabello lacio y mi delgada figura, con una pequeña excepción.
No tenía ojos.
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El código Mark
Mystery / ThrillerUno de los grandes misterios en el mundo, es el mundo de los sueños, que para muchos puede catalogarse como misterioso, y para otros como una total aventura en el mundo de la investigación. Mark, de 19 años, universitario y trabajador, duerme menos...