Al fin era viernes, solamente faltaban unas horas y podría regresar a esconderme, a ocultarme de la de verdad ante la sociedad. No porque tuviera miedo, no porque me negara a aceptarlo o quisiera decirlo. Simplemente ya no quería pasar más tiempo en aquellos lugares que me hacían recordarte, era demasiado el dolor que prefería ocultarlo.
Sabía que ese viernes no era como los demás, regresaban aquellos viernes como los que tenía cuando estaba contigo, que me tenían una sorpresa incomparable, ya fuera malo o bueno.
Aunque sentía la vibra de que algo sucedería prefería ignorarlo. Cuando acabaron mis clases me dirigí hacia el autobús. Por suerte cuando llegue a la parada ya estaba ahí así que decidí subir y sentarme hasta en frente, como de costumbre. El autobús avanzó pero freno y en aquella esquina en aquella otra parte de la calle estabas tú, no podía más, no sabía qué hacer así que decidí agachar la miraba y hacer de cuenta que no te vi.
Y en ese momento comprendí que aunque me quisiera esconder de ti no podría lograrlo porque aunque tan pequeña sea esta ciudad, los mismos lugares a los que debo de ir tú pasaras también, que aunque te quería tanto tenía que hacerme la idea que esto acabo, que esto llego a su fin. Y aunque en algún momento te encontré y quiera esconderme no lo lograre, porque sé que en un momento te encontraré inesperadamente y tendré que verte y fingir que nada pasó entre los dos, que no hubieron momentos a tu lado, hacer de cuenta que jamás tomaste mi mano, que jamás me viste de aquella manera que solías hacerlo, que aunque te quise demasiado tendría que fingir que eres un extraño más para mí.
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Lo comprendí.
Teen FictionPorque aunque ya todo acabo tengo que saber que solo quedarán recuerdos de lo que pasó entre nosotros y debo de comprender que esto llego a su fin y que no duró tanto como tú prometías.