Veinticuatro: Colapso

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Estacionó junto a una acera y yo suspiré. Era una mala señal.

Me giré a verlo nerviosa. No era tonta, sabía por dónde iría la conversación.

Suspiró. -¿Por qué no me dijiste que te habían dado una beca?

-Yo... quería decidir primero.

-¿No pensaste que... podría ayudarte a decidir? ¿O es que tenías miedo de que me molestara porque a mí no me la dieron?

-Puede que un poco de ambos. Pero... ¿Cómo te enteraste?

Ahora él pareció nervioso. -Te llegó un mensaje... y...

-¿Revisaste mi teléfono?

-Ese no es el punto.

-¿No confías en mí? -pregunté comenzando a molestarme.

-Al parecer tú tampoco lo haces, debiste decírmelo.

-Bueno, bueno -trate de calmarme- .No es necesario llevar esto a otro nivel. Lo importante es que voy a quedarme.

-¿Piensas quedarte?

-Sí.

-¿Por qué?

-No quiero dejarte -sonreí. Él no lo hizo, al contrario, permaneció serio, parecía confundido. Aquello me desconcertó. -¿Qué?

-Yo... creo que deberías ir.

-Me estoy quedando por ti.

¿Qué le pasaba? ¿Acaso no entendía que me quedaba porque lo amaba?

-Lo sé. ¡Pero es Londres! Es lo que siempre quisiste. Te recuerdo que todo lo que trabajamos era para esto. ¿Ya no te interesa?

-Pero ahora estás tú y...

Me interrumpió. -Yo no me comparo a eso... ¡Es Londres! Piensa en como florecería tu carrera. ¿No crees que sería lo mejor para ti?

-Lo sé, pero tomé una decisión. Me estoy quedando por ti, sé lo que hago, entiéndelo. Lo hago por nosotros.

Suspiró frustrado y se llevó las manos a la cabeza. -¿Cómo puedes estar tan segura? Es decir... ¿Renunciar a todo eso por mí? Yo quiero lo mejor para ti.

-¿Entonces? ¿Quieres que me vaya? ¿Cómo puedes tú estar seguro de que lo mejor para mí no es estar a tu lado?

-¿Y qué pasaría, eh? ¿Qué pasaría si algún día te das cuenta de que debiste irte y te sientes mal de haberte quedado solo por mí? ¿Qué pasaría si no soy suficiente?

Comenzaba a molestarme. -¿Tú crees que no eres suficiente?

-Yo... no lo sé.

-¿No lo sabes? -alcé la voz. -¿Acaso te consideras capaz de decepcionarme? ¿Acaso piensas romper mi corazón? ¡No te entiendo! -suspiré. -Siento que me estás echando.

-No es que te esté echando, yo te amo, quiero lo mejor para ti.

-¿Me amas? ¿En serio? Comienzo a dudarlo.

-¿Dudas de mí? Creo que te he demostrado en los últimos meses todo lo que significas para mí.

En ese punto, ya los dos estábamos alterados y a la defensiva.

-¡Si me amaras valorarías mi esfuerzo y querrías que me quede!

-Siento que no sabes lo que estás haciendo, aún te falta madurar y...

Me ofendí. -¡Soy madura para saber que me conviene! ¡Dios! ¡Eres insufrible! Quise quedarme por ti, y tú quieres que me vaya así nada más. ¡Pareciera que ni te importa!

Paura D'Amare [Ignazio Boschetto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora