Corazón frío.

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Abro los ojos y el dolor de cabeza me invade.¡Por Dios! Maldito y sexy alcohol, se llevó gran parte de los recuerdos de anoche. 

Estoy desnuda, mi cuerpo solo está cubierto por las sábanas y escucho el ruido de la lluvia artificial de una ducha. Me siento en la cama y observo a mi alrededor, definitivamente no estoy en mi departamento y eso solo significa una cosa. El agua deja de correr y la puerta del baño se abre confirmando mis sospechas...

-Buenos días Alai -Dice Nicolás con su mirada penetrante y como siempre, su sensual sonrisa. 

-¿Que hago acá? - Yo y mis preguntas obvias, desnuda en su cama y bastante pasada de copas. 

-Me llamaste a la madrugada para que te vaya a buscar - su expresión era más seria, no parecía agradarle que no recuerde nada, enseguida volvió a hablar para cambiar de tema - Voy a preparar café. Te espero en la cocina. 

Me levanto como puedo y empiezo a vestirme, se me complica un poco ya que mi ropa está esparcida por toda la habitación. Me gustaria darme una buena ducha, pero quiero salir de acá lo más rápido posible.

Me dirijo a la cocina, antes de entrar me apoyo en el marco de la puerta y lo observo. Él se ve tan sexy, solo lleva puesto un jean, su pelo castaño aún está mojado y despeinado. Su físico está muy bien trabajado, sus abdominales marcados, sus brazos fuertes y su perfecta espalda se ven jodidamente más sensuales con el bronceado que parece nunca abandonarlo. 

Su voz me sorprende y me sobresalto, no tengo ni idea de que me dijo.

 -Perdón, ¿qué decías? - Clava sus ojos negros en mi y sonríe. 

-Nada, no importa. -Me entrega una taza de café humeante y se apoya en la mesada.

Bebo un sorbo y suspiro con placer -Realmente necesitaba esto.

- ¿Necesitabas al café o a mi? - Levanta su cabeza y me observa, odio cuando Nicolás hace estas preguntas.

-El café. -Digo seca y él baja la mirada, no me detengo a pensar antes de hablar y mis palabras salen como dardos -Hace mucho que ya no te necesito a vos. 

Avanza lentamente hacia mi y no puedo mover un solo musculo. Él solo se detiene a centímetros de mi cuerpo y acerca su boca a mi oído. -Anoche no decías lo mismo. Se que me extrañas.

Me separo bruscamente y lo miro con odio. -No me acuerdo nada de anoche, seguramente no pasó nada que merezca que lo recuerde. - Dejo la taza y me dirijo hacia la puerta, solo quiero irme.

-Alai para - Nicolás me sigue - Perdón ¿Si?, no se porque dije eso. Y... yo, yo realmente estoy feliz de haberte visto otra vez. 

Revoleo los ojos sin responderle y me voy. Quiero llegar a mi departamento y olvidarme del asunto.

Digamos que mi relación con él, si se puede llamar relación, no es la mejor. Lo conocí en una fiesta, vivo de fiesta para aclarar, y él definitivamente también. Nicolás y sus amigos son de esos idiotas que siempre están rodeados de mujeres, teniendo sexo con cualquiera que quiera irse a la cama con ellos y yo, no fui la excepción. Pero a quién le importa, ninguno de los dos se enamoró nunca y no nos pareció nada mal tener un par de encuentros. Encuentros que cada vez eran más frecuentes y cariñosos hasta que él, tan hermoso y sexy como idiota decidió tener sexo con mi mejor amiga, o bueno, la que era mi mejor amiga.Por mi parte tampoco fui una santa, mientras me veía con él también lo hacía con otros, la diferencia es que no eran sus amigos y no lo hacía en su cara. Desde entonces yo sigo de fiesta, él sigue buscandome y lo ignoro, hasta que me pasó de copas y termino nuevamente en su cama. 

Con corazones fríos nunca hay que involucrarse. Cualquiera puede salir lastimado y siempre me aseguro de que esa no sea yo. 

Dime quién soy yo, sin ti a mi lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora