Believe |Capitán América/Steve Rogers|

4; Hasta el fina.

-Siempre hacías cosas que lograban sorprenderme...- río esa suave voz en su mente.

Steve abrió los ojos de golpe, miro por toda la habitación hasta que su atención callo en la pequeña augura en el borde de la cama, justo a su lado.

-Siempre estuve orgullosa de ti- dijo mirándolo.

Steve contuvo las ganas de llorar al ver el cálido rostro de Lizzy. Ella estaba ahí junto a él, con su vestido favorito y el cabello completamente suelte, solo como a él le encantaba.

-Lizzy...- él rubio se incorporó, acercándose cuidadosamente a la muchacha.

-Hola Steve- sonrío ella.

Con temor, el antiguo muchacho de Brooklyn acerco su mano hasta el rostro de la muchacha y acaricio su mejilla con miedo a que se desvanecerá entre sus dedos.

-Estas aquí...-

Lizzy sonrío con tristeza ante sus palabras-. Siempre he estado aquí cariño...-

Steve la estrecho contra sus brazos y respiro profundamente su aroma a rosas. Quería sentir cada parte de su cuerpo junto al suyo, quería que sentirla como ante. Y es que la extrañaba tanto, extrañaba sentir el calor de su piel, su aroma. Extrañaba todo de ella.

-Te necesito aquí- susurro él mientras besaba su frente-. Justo aquí, a mi lado Lizzy.

-Siempre voy a estar junto a ti- dijo ella rompiendo el abrazo-. Justo aquí- y señaló en el lugar en el su corazón latía con fuerza.

-¡Steve!- el grito de Bucky lo volvió a la realidad, obligando al súper soldado sacudir la cabeza para concentrarse.

Un golpe llego hasta su mandíbula, logrando que su labio se rompiera y sangrara por la herida. Su mirada cayo rápidamente hasta su atacante, y sintió como si hubiera vuelto a caer en el mar congelado.

Si bien su relación con Stark no era la mejor de todas, creía que ya habían hecho un lado afectivo de amistad y nunca creyó enfrentarse contra él.

-Lo siento Rogers, pero si no seguimos las reglas no somos mejores que los malos- se excusó el multimillonario detrás del trajo de metal.

-Y debes entender que él es mi amigo y no puedo abandonarlo- negó Steve sintiendo como la presión en su pecho aumentaba.

-Yo también era tu amigo- susurro Tony.

Los minutos siguientes se transformaron en una lucha inminente entre Tony y los dos amigos de la Segunda Guerra Mundial. Golpes iban de un lado al otro, todo parecía dar que serían los vencedores, pero no contaban con que el edificio estaba cayendo sobre sus cabeza.

Bucky se encargó de desalojar a todo aquel que se encontrará dentro del inestable edificio, mientras Steve y Tony seguían con su disputa. Hasta que ambos se cayeron en cuenta de que civiles inocentes estaban en peligro por su culpa, segundo mas tarde, Tony y Steve se encontraban ayudando a las personas a abandonar el lugar, evitando que alguien saliera dañado con todo el asunto.

-¡Cuidado!-

Algo salió mal, una mala maniobra quizás o un tiro de mala suerte, hizo que el Capitán América quedara bajo los escombros del viejo edificio. Lo siguiente a eso fue el silencio invadiendo el lugar. Todo había acabados

-¿Steve?- Bucky busco entre los restos del edificio en ruinas, busco y busco hasta que encontró el destrozado escudo a unos pocos metros de su amigo bajo lo que solía ser parte de un muro de puro concreto.

-Gracias...- susurro apenas Steve usando las pocas fuerzas que habían en su herido cuerpo-. Gracias por todo Bucky.

-Hey, vas a estar bien- aseguró mientras intentaba ponerlo de pie-. Vas a estar bien Steve.

Y ahí estaban, aquellos amigos que no se abandonaron ni en los peores momentos, ahí estaban juntos hasta el final.