Capítulo 14: ¿Qué es más importante que una maldición?

123 17 3
                                    

-Tenemos que buscar un lugar ahora, Hipo- replicó la rubia -Tessa puede resfriarse y no quiero que pase lo mismo que la vez anterior-

-No te preocupes, vamos a hallarlo- respondió el chico, forzando una pequeña sonrisa

Astrid se la devolvió. Hipo miró a su alrededor, buscando algún lugar y cuando estuvo a punto de rendirse, avistó de nuevo al hombre que le había hablado minutos antes. Era su única esperanza. El chico caminó rápido hacia el vendedor, seguido por su padre y las dos chicas.

-Disculpe!- exclamó Hipo, llegando hasta el hombre -Lamento preguntar esto, pero podría quedarme con ustedes esta noche con mi familia?-

-No les dieron lugar en los apartamentos?-

-Pues...sí, pero no sabía que el lugar fuera tan caro- aceptó el chico, sonriendo avergonzado

-Ja! Pues claro que sí, muchacho. Pasa!- respondió el vendedor

El castaño sonrió al oír la respuesta positiva. Miró a la rubia quien tambien sonrió. Todos pasaron a la casa, la cuál era tan rústica como como el pueblo. Hipo iba a acostar a la castaña clara en uno de los sillones pero una mano en su hombro lo detuvo.

-Puedes llevarla al cuarto de huéspedes- le recomendó el hombre

El castaño afirmó y se dirigió al lugar mencionado. Acostó a la pequeña en la cama y le dio un beso en la frente, susurrando "Buenas noches, pequeña". Salió, cerrando la puerta la puerta detrás de él. Luego, fue hasta la sala, donde estaban todos.

-Sigue dormida?- preguntó la rubia, al ver llegar al joven

-Sí- respondió y luego miró al hombre -No sé cómo agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros-

-No es nada, muchacho. Casi nunca veo a personas como ustedes

-Disculpe, pero podríamos saber su nombre si en alguna otra ocasión volvemos a tener la dicha de verlo?

-Je! Sí claro, mi nombre en Arthur.

-Un gusto en conocerlo- dijo Astrid, levantándose de su lugar -Digo lo mismo, no sabemos cómo agradecer el que no haya dejado quedarnos hoy

-No es nada, señorita, el gusto es mío. También me gustaría saber sus nombres

-Yo soy Hipo- comenzó el castaño -ella es Astrid, Heather y mi padre Estoico- replicó al mismo tiempo que terminaba de presentar a cada persona

-Un gusto. Por cierto, el Nadder Mortal que está afuera es de ustedes?

-Sí. Es mía- contestó la rubia -Se llama Tormenta, y no se preocupe, no va a causar ningún problema

-Je! Gracias por decirlo...Y que hacen por estos alrededores?- indagó el hombre

-Vamos hacia el claro del bosque maldito- respondió Heather al fin

-En serio? Que casualidad, yo mañana iré temprano hacia allá

-En serio?- preguntó Hipo -Y podemos saber a que va a ir?-

-Pues...es una historia algo larga...

Casi al instante que Hipo estaba por replicar nuevamente, un estruendo se escuchó. Todos voltearon y un Terrible Terror salió despedido del pasillo que daba a la cocina, golpeando a Hipo justo en la cara y derribándolo.

-Oh no- susurró Astrid, previendo lo que iba a pasar.

Estoico dio un paso atrás para no pasar por la misma suerte.

-Cómo lo lamento! Yo...- Arthur se detuvo al ver que estaba hablando con alguien totalmente diferente a quien recordaba

Hazel se levantó del suelo, sacudiéndose. Ya se había esmerado en no convertirse.

¿Es él o es ella?: El claro del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora