ROSTRO PERDIDO EN UN ICTUS DE OJOS

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Cerré los ojos por el vuelo de una polilla
que despertó
el polen de amapola.

Y en un segundo tuve un largo sueño
y fue maravilla la pesadilla
que el viento de sauce
cubría tu rostro,
que no volveré a ver.

Rescatado del letargo
por el croar de un sapo,
que ni es renacuajo ni rana.

Me encontré en la cienaga de la madurez,
muertas ya las amapolas,
a solas.

A excepción del sauce, que
coqueto se mira en el estanque
¿o tal vez llora?
Pues fue el sueño pesadilla,
y la pesadilla
se realizó sola.

Rostro perdido en un ictus de ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora