Día 1

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Marcos se acerca a mí y suavemente me  acaricia el pelo. Su roce me provoca un ligero temblor por todo el cuerpo.
  — Clara, me han comentado que esta noche hay botellón en el botellodromo... Van a ir todos, tu quieres venir?
Me quedo mirándole un poco desorientada y a los segundos respondo.
  — ¡Claro!, dime la hora y estaré enseguida allí.
— Dentro de dos horas... ¡Por cierto me tengo que ir! ¡Luego nos vemooos!
Marcos desaparece y me quedo sentada en el banco, de pronto me entra una extraña sensación de soledad.

Dos horas más tarde...

Me miro al espejo, me aplico una fina capa de rímel y un color rojo en los labios. Contemplo mi reflejo y me veo sexi, llevo un vestido negro pegado, corto y con una ligera apertura en la espalda. Mi pelo castaño lo llevo rizado, normalmente es liso.
Alguien toca a la puerta y voy hacia la puerta... Es Marcos; me mira con la cara sorprendida, de arriba a abajo y pone una mirada de deseo. Prefiero dejar de fijarme en ese detalle.
—¡WOOW! Me sorprendes.
— ¿Nos vamos ya no? — Intento disimular el pequeño color rojo que me asoma en las mejillas, pero es tarde...
— ¿Te da vergüenza que te diga eso? Porqué... Te puedo decir cosas mejores y de hecho se pueden poner en práctica... — Me hecha una mirada de
provocación. Y cambio de tema.
— No es necesario, gracias. — Le miro con cara de, ya es suficiente, y añado. — Tu no tenías novia?
— Cuando estoy contigo, no tengo. — Eso me hace sentir alabada, pero a la vez me siento culpable por Sara.
Bajamos por el ascensor y nos reunimos con todos los demás. Esta vez es Edu el que nos lleva en su Mercedes descapotable.
Lleguemos al botellodromo y al entrar todos nos fuimos de cabeza a la peor zona. Lo malo es que siempre que acabamos ahí no hay quien pare de beber.
Estaba con Marcos que me pidió que le bailase twerk y como si no fuese gran cosa lo hice, lo malo fue que todos los chicos tenían la vista en mi culo. Y así fue como le conocí a él.
Era un chico de pelo castaño, de ojos verdosos, alto (me encantan los altos) y tenía pinta de hacer algún deporte sexi, se le notaba nada más en los brazos.
El caso es que le estaba bailando twerk a Marcos cuando de pronto el se acerco y me agarro de la mano y me trajo hacia él. Fue como si todo a mi alrededor se parase y de pronto nos miremos.
  — Bonitas caderas. — En ese momento me morí de vergüenza.
  — Gracias por la intimidación.
  — Las buenas vistas están para mirarlas. — En su rostro apareció una sonrisa de lado sexi. — ¿Por qué no me haces a mi lo mismo que a ese?
  — Por que el es mi amigo y tu eres un desconocido.
De pronto se acercó a mi y sus labios se juntaron con los míos, fue un beso que desato pasión. Me agarro el culo con intensidad y dejo de besarme tras dejarme sin aliento y me transmitió una sonrisa de deseo. Me llevo hacia un lado apartado de los demás y me estampó contra la pared y me desabrochó el vestido por la espalda y me quede en interiores... Me subió a una piedra y me agarro las tetas, para luego más tarde quitarme el sujetador. Primero me las observo con su sonrisa más pervertida y luego me las agarró, y me las beso, mordiéndome los pezones. Recibí un estruendo de placer, mientras que sus manos viajaban a través de mi cuerpo, hasta hacerme sentir los latidos desde mi clítoris. Luego me apartó el tanga y se bajó la pernera. Yo era inconsciente de la situación, no sabía ni como se llamaba el chico y tampoco sabía que hacer por que yo soy virgen.
El chico se puso un condón y me susurro al oído que me iba a morir de placer, cuando de pronto me la metió.

Antes de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora