The King's Gate

Prólogo

Me encuentro observando una escena poco común en mi vida; a lo lejos veo a esa persona, yo y ese joven, al cual considero un niño aun, nos observamos; ambos sabemos que no nos veremos en mucho tiempo, tengo una sensación de vacío que se va expandiendo a lo largo de mi ser, voy a perderlo... ya no es un presentimiento, es una realidad.

No somos los únicos en este momento, hay otras personas a nuestro alrededor pero siento que soy la única que lo está despidiendo de esta forma. A lo lejos una nave espera por él. Siendo la situación tan difícil como lo es ahora, donde no cabría lugar las sonrisas, ni sonidos alegres. Alcanzo a ver su sonrisa junto con un mar de aplausos, sonrisas y risas por parte de los demás.

No puede ser, he perdido mi esperanza por un momento, porque pienso que lo perderé?, a pesar de que he luchado por creer que no será así, que nunca existirá un adiós si no crees que lo será. La esperanza que emana de la alegría de los demás me hace sentir calidez en mi corazón.

Observo a mí alrededor otra vez, esta vez no solo personas, amigos e importantes aliados. El paraíso al que estamos expuestos, la luz tenuemente naranja de un hermoso atardecer. En la mitad del escenario hay un arco de piedra y hormigón, desde donde se asoma el sol de una forma simétrica. Es hacia donde se orienta la nave, a su lado se encuentra parado un muchacho de unos 15 años, vistiendo un pantalón blanco, botas marrones y una casaca de cuero la cual se puso porque quería aparentar madurez. Siempre le gustó leer libros y su favorito era El Principito. Pienso que quiere verse como el amigo del principito, el aviador. Pues también lleva bufanda y lentes sobre la cabeza. Ahora que lo veo subiendo a la nave. Sí, él es el aviador; pero uno distinto espero, uno que no pierda el rumbo.

-Adiós- Eso fue lo que dije, y sonreí.

-Adiós, ¡comienza mi aventura!- Dijo el sonriendo, velozmente subió a la nave, y partió raudo.

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A lo lejos veo como las personas que me veían partir se alejan, se ve todo tan pequeño desde aquí.

Enciendo el motor, despego.

Me gusta el sonido que hace el viento al rozar contra la superficie exterior de la nave. Hace que mis latidos se incrementen, de repente siento el cuerpo más ligero mientras piloteo la nave y me alejo del suelo y de todo cuanto conozco. Me invade una gran emoción, en ese momento enciendo el estéreo de la nave, este va a ser un viaje largo, pero ahora me siento emocionado. Me gusta esta canción, el vibrar electrónico de cada melodía.

    ¡Iiyuuuuuhhoooo!- libero mis emociones en ese grito, y siento como los vaivenes de la nave sincronizan con mis emociones. Me siento liberado. 

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Tengo la sensación de saber lo que él está sintiendo, yo también lo sentí. "¿Es tu primer viaje, verdad hermanito?".

-Jajaja- Me reí.

-¿Qué paso?- Me pregunta alguien

-Nada. Pienso que nuestra aventura nunca terminará- Le respondo sonriendo.