🎭»CERO: Pasado

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🚨 CAPITULO CON ESCENA +21 (y no de las buena) PUEDE RESULTAR FUERTE PARA ALGUNOS YA QUE SE TRATA DE UNA Violaci0n. (Como dije antes, este libro va a tratar y contener temas que no sean del agrado o tolerancia de todos los lectores, aún así, como esto es ficción y por mi salud mental decidí censurar muchas partes. Trate de escribir y mencionar lo menos posible pero aun así puede resultar desagradable para much@s) SE RECOMIENDA DISCRECIÓN!🚨

Dicho eso, continúen con su lectura⬇️

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Mucho tiempo atrás...
19 de abril del 2007.

Las calles de Rusia parecían estar más vivas que de costumbre. Miles de luces colgaban de los techos de las casas mientras que la alegre música inundaba las calles repletas de personas sonrientes bailando al son de la música. El licor no tardó en llenar cada rincón de la fiesta y los borrachos no tardaron en cantar alguna serenata en los callejones sin prestar atención a su alrededor.

Bruno, un señor de no mas de 73 años caminaba hacía su casa tambaleante riéndose de cosas que el mismo decía. Para su suerte la fiesta no había sido tan lejos de su casa por lo tanto no le quedaba mucho recorrido por hacer.

Víctima del alcohol, se detuvo en un callejón a expulsar las cinco jarras de alcohol que anteriormente había bebido como si fuese agua y que ahora al vomitar le quemaba la garganta.

En medio de aquella acción escuchó un grito que le congeló los huesos. Respiró hondo aguantando las ganas de doblarse y seguir expulsando el alcohol que por esa noche recorría sus venas. El sudor en su espalda le advertía de un mal presentimiento y se sintió desfallecer cuando en aquel callejón, a pocos metros de el, el grito volvió haciendo eco por toda la calle.

Se rió por lo ridícula que estaba siendo su noche. Hace tiempo que no salía a cazar y sus impulsos parecían dominar su envejecido cuerpo.

Si tan solo fuese mas joven, pensó al ver a lo lejos una joven que igual que él apoyaba su hombro en la pared del callejón para no caerse. Se deleitó con el ceñido vestido negro que adornaba su cuerpo y se preguntó así mismo como sería quitárselo. ¿Las vistas estarían mejores sin aquel pedazo de tela?

Se relamio los labios imaginando esa suave piel bajo sus dedos y tras echarle una mirada a su alrededor sonrió al darse cuenta de que estaba solo.

El destino parecía jugar a su favor.

Se acercó a la joven que yacía respirando con dificultad y tras una mirada a sus curvas tocó su cuello comprobando el lento latir de su corazón.

— Hola preciosa, ¿estás sola? — Preguntó sabiendo de antemano la respuesta. Ya podía saborear aquel delicioso cuerpo, solo tenía que escucharla pronunciar aquellas palabras para que el juego empezara.

La joven se estremeció. Lo que parecía ser un amable anciano de ojos completamente negros la miraba con preocupación. Asintió con dificultad ante la pregunta de aquel señor que fácilmente podía ser su padre. Estaba mareada y todo a su alrededor no tenía forma.

— Ayuda por favor, estoy perdida.

Bruno sonrió y tras otro vistazo a su espalda la sujetó de la muñeca con la excusa de ayudarla.

El juego había empezado.

La joven se dejó arrastrar con piernas temblorosas sin darse cuenta de que aquella persona la arrastraba a un callejón donde lo menos que haría era ayudarla. Se detuvieron estando lo suficiente lejos de la zona mas transitada. A su espalda, escucho como ella entre balbuceos le preguntaba si faltaba poco para llegar cosa que el había oído miles de veces y siempre a todas esas respondía con lo mismo:

Detrás De La Máscara [EN PAUSA POR EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora