Her Blood

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La noche acababa de caer, la luna resaltaba en la oscuridad del cielo acompañada de las miles de estrellas que tintineaban a su alrededor.

Liam salía de caza todas las noches, había probado el delicioso sabor de varias vampiresas que le deleitaban con su roja sangre. Pero él buscaba más.

Salió al bosque en busca de una nueva presa, vestido con su largo abrigo negro y sus botas que le ayudaban a cubrirse del frío de la noche. Al tener contacto con la luz de la luna sus ojos cobraron un leve tono amarillento.

Estaba hambriento, sediento de sangre, tal vez encontraba a una linda vampirita que le brindara un poco de su sangre, que lo satisfaciera. Aunque simplemente no quería lo de todas las noches, quería algo nuevo, único. Era la hora de conquistar a la chica, esa jovencita que atravesaba el bosque todas las noches. Llevaba varios días vigilandola, sabía cada uno de sus movimientos y acciones, era la presa por la cual iría esta noche, la conseguiría solo para él, esa noche no volvía a casa con las manos vacías.

Caminó por el bosque con las manos en el bolsillo de su abrigo y la cabeza gacha, en su mente estaba aquella joven, si, se había enamorado de ella. ¿pero como era que un vampiro de su clase, él más cotizado por todas las vampiresas, se enamorara de una simple mortal?

Después de varios minutos de caminata llegó al centro del bosque, detrás de unas rocas por donde justamente pasaba la mortal misteriosa que traía loco a este vampiro. Era algo temprano aún, ella todavía no llegaba ni pasaba por ahí, como todas las noches decidió ocultarse tras las inmensas rocas esperando a que pasara su amada.

Se puso a pensar: ¿cómo actuaré frente a ella? ¿Qué le diré? ¿Se asustará de mi?

Miles de preguntas más rondaban por su cabeza, el solo hecho de tenerla cerca lo ponía nervioso, nunca, en sus 122 años de vida había experimentado tal sentimiento, jamás se había sentido tan vulnerable ante la presencia de alguien, mucho menos de una joven mortal.

Se escucharon unos pasos, Liam entró en alerta y se asomó sigilosamente por sobre las rocas, y ahí estaba ella, saltando entre las ramas del bosque con un sencillo vestido color violeta, su cabello dorado resplandecía bajo las estrellas y su piel pálida resaltaba en la oscuridad.

Oh, nuestro vampiro estaba enamorado.

Pensó en arrepentirse, en salir corriendo de ahí, era una mala idea, su plan no iba a salir bien. Pero fue demasiado tarde para huir...

-¿Qué haces escondido tras esas rocas?- habló una voz dulce atrás de él.

Oh, oh.

Giró lentamente su cabeza hasta encontrarse con esos ojos azules que lo miraban interrogante, eran azules como el cielo, podría perderse en ellos de por vida.

Tragó saliva a duras penas, su pulso iba más rápido de lo normal, pareciera que el corazón se le iba a salir desbocado del pecho.

-Y...yo- tartamudeó Liam con nerviosismo, jamás se había sentido tan intimidado.

La joven soltó una suave risa, para Liam eso era música para sus oídos.

-vamos, sal de ahí- sonrió la chica extendiéndole su mano.

Liam la miró dubitativo por unos segundos, tomó su mano cálida y se impulsó para salir de ahí. El tacto con si piel hizo que él sintiera una pequeña descarga eléctrica por todo su cuerpo.

-¿Qué haces aquí en el bosque a estas horas?- preguntó la muchacha extrañada- nunca te había visto por aquí.

Liam observó a la chica frente a él con incredulidad.

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