Curiosidad. Capítulo único

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Disclaimers: Los personajes utilizados en este fanfic, tanto como el universo en el que se encuentran, son propiedad de Yana Toboso, yo solo escribo por diversión.

Notas Iniciales:

Este fanfic fue publicado anteriormente en Amor Yaoi, bajo otro seudónimo. Es algo viejito pero quiero compartirlo con Vds. aquí y ahora. También está publicado en ff.net

Curiosidad

By V. Bokthersa

Era una tarde peculiar en la mansión Phantomhive; del estudio de Ciel emergían extraños sonidos, los cuales correspondían al mismo conde y eran emitidos gracias a un pequeño experimento que «alguien» más había realizado. Ese «alguien» que esperaba el momento idóneo para entrar, con la bandeja del té en sus manos.

Hacía poco menos de una hora, Ciel había encontrado entre sus papeles una extraña revista francesa, por curiosidad la abrió y se dio cuenta que era una revista erótica. Su primer impulso fue cerrarla y seguir con su vida normal, pero aunque la dejó de lado, su mente volvía a las imágenes de aquellas hermosas mujeres inmortalizadas en papel.

Finalmente no pudo más y la abrió de nuevo. Pese al pudor inicial se vio rápidamente poseído por la lujuria al observar a las mujeres tan ligeras de ropa que se encontraban en la revista. Casi sin notarlo, entre sus juveniles pantaloncillos cortos se había formado una latente erección, mientras el calor de su cuerpo ascendía a niveles insospechados. El conde cerró la revista y miró entre sus pantalones sin saber qué hacer con eso. Sinceramente no tenía deseos de tomar un baño de agua fría como lo hacía por las mañanas, sobre todo porque siempre que lo hacía se moría de vergüenza ante la mirada mezcla de burla y complicidad que le dedicaba su mayordomo.

Mientras se debatía en qué demonios debería hacer, un estruendoso ruido lo asustó e hizo que de manera instintiva tratara de ocultar su erección con lo primero que encontró, que fue, como no, la revista que tenía entre sus manos.

-¡Ciel! -gritó el príncipe hindú- ¡Ciel! ¡Necesito que me ayudes a buscar algo! -vociferó nuevamente mientras entraba al estudio. Se sorprendió al ver al joven conde tan calladito y sonrojado en su asiento, sin hacerle las típicas muecas que hacía siempre que él estaba cerca- ¿Estás bien, Ciel? -preguntó, acercándose para tomarle la temperatura en la frente.

-S-sí... -respondió el Phantomhive, con una voz ligeramente extraña. Se aclaró la garganta y giró la silla hacia la ventana-, estoy bien... s-sólo un poco... acalorado -se excusó.

Souma rodeó el escritorio para observar mejor al menor; ya se presumía que su acaloramiento nada tenía que ver con la chimenea encendida del otro lado del estudio y mucho menos con el frío clima de Londres.

-Yo estoy buscando una revista... -dijo con una calma inusual, mientras rodeaba la silla- ¡Y aquí está! -gritó al encontrarla en el regazo del conde.

-¡O-oye! ¿Esto es tuyo? -preguntó Ciel, más rojo de lo humanamente posible y sin saber dónde demonios meterse, sosteniendo fuertemente la revista contra su entrepierna.

-¡Sí! ¿Qué estabas haciendo con ella? -Le dedicó aquella misma mirada cómplice y ligeramente burlona que hacía Sebastian por las mañanas y luego trató de quitarle el papel que consideraba su única salvación de la vergüenza total.

-¿Q-qué haces? -interrogó, tratando de conservar la revista para ocultar su erección.

-¡Quiero mi revista! ¡La vas a romper! -advirtió, mas luego soltó el papel e infló los cachetes-. Si querías verla debiste decirme, somos amigos, te la hubiera prestado.

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